Un gol al contragolpe con sabor latinoamericano
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Darwin Machís se alía con Luis Suárez una vez más, adaptados el venezolano a la diestra y el colombiano a la zurdaSEGUIMIENTO ·
Darwin Machís se alía con Luis Suárez una vez más, adaptados el venezolano a la diestra y el colombiano a la zurdaHubo ritmo latino en el gol del Granada en el Martínez Valero de Elche. Yangel Herrera, Darwin Machís y Luis Suárez construyeron una acción que sonó a reggaetón, de Venezuela a Colombia, de La Guaira a Tucupita y de Tucupita a Santa Marta. El ... centrocampista inició el contagolpe, el extremo recibió y profundizó en la banda y el delantero embocó con la maza, un latigazo imparable hasta para Édgar Badía, un pulpo. Fue quizás la única jugada nacida del instinto en un partido convertido en una partida de ajedrez en la que Diego Martínez y Jorge Almirón no concedían anarquía alguna. Pero el bombo y la caja son difíciles de contener.
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Hubo mucho orden en Elche, con dos equipos que por momentos trataban de anularse por imitación, pero nadie pudo frenar a Darwin Machís cuando se puso a bailar. Provocó el cambio de Josema al descanso, con amarilla, pero su relevo, Miño, tardó un par de minutos en recibir el mismo castigo. El venezolano se ha reinventado para convivir –o cohabitar– con su nuevo 'pana' Luis Suárez. El venezolano ha digerido en un gesto de responsabilidad que tenía que ser él quien se amoldase a una posición que nunca le fue natural como la banda derecha para que el colombiano se acople a la izquierda amparado en su diagonal hacia el espacio, cuando saca las zarpas. Ambos animales de potencia exuberante, a Darwin Machís se le empieza a notar la sabiduría de la experiencia mientras Luis Suárez sigue haciendo de su hambre una virtud.
En el medio, a Yangel Herrera le tocó bailar un partido más feo pero al que nunca hace ascos. Se midió junto a Gonalons y Luis Milla al poliedro de Almirón, con vértice en Marcone pero aristas muy móviles e intercambiables todas ellas entre sí. Buena parte de los diecinueve robos del Granada en campo rival respondieron a la anticipación de Yangel Herrera, inteligente para leer la jugada y recio luego para ganar la pugna en el cuerpo a cuerpo.
El duelo requirió máxima concentración a cada jugador del Granada, pero hubo uno que lo supo desde los primeros segundos. Carlos Neva vio desde los primeros compases cómo Josan se le pegaba como una sombra, carrilero en equilibrio con la cal. El gaditano cuajó una actuación defensiva excepcional, muy exigido pero siempre atento para cerrar cada puerta al peligro. Conceptos defensivos que ha pulido con mucho trabajo.
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