Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
«San Mamés es especial», remarca Roberto Fernández, el mítico Roberto, la 'pantera rosa' de Los Cármenes, cuando se le pregunta por sus recuerdos de aquellos dos triunfos como granadinista en Bilbao. «Muchos campos tienen solera e importancia por albergar a grandes equipos ... pero San Mamés, tanto el viejo como el nuevo, es especial; se respira ambiente de fútbol, pasión por este deporte, respeto máximo a los jugadores, a los equipos y a los aficionados visitantes. Para cualquier jugador es especial jugar allí», describe, encantado por lo vivido, quien fuera guardameta granadinista entonces. Dos victorias celebró en aquel templo del fútbol de la mano de Fran Rico, uno de los grandes amigos que le dejó el fútbol. Ahora, retirados, pueden recordar aquellas tardes míticas con una sonrisa al otro lado del teléfono.
Fueron dos partidos parecidos, de goles antes del descanso y defensa durante el asedio posterior. En el primero, del que se cumple esta misma semana ocho años, dirigía Fabri González pocos meses después de la vuelta del club a Primera tras 35 años alejado de la élite. En el segundo, en la 2014/15, lo hacía Joaquín Caparrós sin que nadie pudiera entonces presagiar la debacle que seguiría a esos cuatro primeros partidos invicto. Roberto Fernández contó con la confianza de sus entrenadores en ambos duelos como durante la mayor parte de su carrera como rojiblanco. El partido en el viejo San Mamés lo decidió Íñigo López con un remate de cabeza tras córner de Carlos Martins; el del nuevo, Jhon Córdoba a cinco minutos de la pausa tras una pérdida de Iturraspe.
«Recuerdo que el Athletic de Marcelo Bielsa te sometía mucho en el área y sabíamos que había que estar preparados para esos quince o veinte minutos en los que cuesta avanzar y tener posesión para descansar con balón. Sabíamos que si conseguíamos sobreponernos tendríamos nuestras oportunidades y así fue», rememora Roberto. «Cuando sometes a un rival tiendes a bajar la concentración defensiva a balón parado y ahí es donde el adversario ve que se iguala todo. Hicimos un partido muy serio defensivamente y ese gol de Íñigo nos dio tres puntos muy importantes, además de por sacarnos del descenso, por lo que significa ganar en San Mamés», expone el portero, que a día de hoy se desempeña como preparador de porteros del Lugo.
«Yo lo viví con mucha envidia por no estar en el campo», admite Fran Rico, que fue suplente, recién salido de una lesión, pese a contar con bastantes minutos en aquel inicio de temporada. «Fue una gran victoria, con mucha repercusión. El Athletic de Bielsa era un gran equipo. Aprovechamos nuestra ocasión y luego aguantamos todo el partido», apunta el centrocampista, ahora en la secretaría técnica del Eibar.
Fran Rico sí jugó los noventa minutos en el nuevo San Mamés en aquel triunfo que selló Jhon Córdoba, el ariete colombiano que luego triunfase en Alemania tras dejar Granada con más pena que gloria, probablemente por las grandes expectativas que se depositaron sobre él. «Aquel curso empezamos de forma muy ilusionante. Aprovechamos un error en la salida de Iturraspe y aunque no tuvimos más ocasiones anduvimos encerrados y dominamos bien pese a sus arreones. Sufrimos hasta el final pero es que el Athletic era un equipo de Champions», valora el de Portonovo.
«Recuerdo algún cabezazo de Aduriz ante el que hice alguna buena parada. El equipo sabía que tendría su oportunidad. Joaquín Caparrós los conocía muy bien e hizo un trabajo fantástico en aquel partido porque nos hizo creer que podíamos ganar, que les pillaríamos en alguna contra; el planteamiento fue fantástico y lo interpretamos bien», reconoce Roberto Fernández, quien, como Fran Rico, tampoco vio venir la tormenta que luego se desataría sobre aquel equipo tras perder a la siguiente jornada en Los Cármenes con el Levante (0-1). «Ese partido nos hizo mucho daño y ya entramos en una jornada muy mala con 14 partidos sin ganar. A mí me gusta el fútbol combinativo pero hasta entonces estaba disfrutando; no era una forma de jugar vistosa, pero daba resultados», se sincera Fran Rico. No obstante, tanto él como Roberto admiten que el Granada actual «es más solvente» que aquel, también porque «ha crecido como club».
Ambos tienen claro que la clave para sacar algo de San Mamés es «saber sufrir». «Cuando el resultado les es negativo y faltan pocos minutos cuelgan muchos balones al área, tienen siempre gente con envergadura y la gente aprieta mucho», apunta Fran Rico. Lo advierte Roberto a Rui Silva: «Es muy complicado para un portero, pero la satisfacción es doble. El Athletic llega por banda, centra y tiene grandes rematadores, sus aficionados disfrutan con estas acciones. Hay que estar preparados para sufrir». No esconde Roberto su admiración por Rui Silva, en especial «por su frialdad bajo palos y la seguridad que transmite». «Me gustó siempre, ya en sus primeros partidos demostró ser un portero sobre todo muy tranquilo, con grandes condiciones, y en Primera se está saliendo. Me alegra que esté sintiéndose tan querido como me sentí yo en Los Cármenes, es muy bonito».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.