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Domingos Quina celebra eufórico su golazo en Huesca. PEPE VILLOSLADA / GRANADA CF
Huesca - Granada | La contracrónica: Espejismos de invierno
Huesca - Granada

Espejismos de invierno

LA CONTRACRÓNICA ·

Todavía es demasiado pronto para juzgar a Domingos Quina y Adrián Marín, apenas iniciado su proceso de adaptación al equipo, pero la urgencia viene por la necesidad; Diego Martínez no puede forzar mucho más al resto

Lunes, 22 de febrero 2021, 00:22

Hay algo de Robinho en el cuerpo también menudo de Domingos Quina. Un afán por la fiesta, por el salseo en la vida y ... en el fútbol. Al luso, como al brasileño, le gusta pasárselo bien sobre la hierba. Lo han dejado claro sus primeros minutos con el Granada. Debutó frente al Atlético de Madrid, en la recta final del partido en Los Cármenes, y apenas pudo tocar un par de balones con los que acabó enredado en su propia imaginación; ayer en Huesca, titular, lo tuvo todo mucho más claro pero ciertamente le sobró partido. Marcó un gol a los siete minutos con el que muchos otros habrían querido clausurar sus carreras y retirarse a vivir del cuento, como debió hacer Robinho cuando debutó en el Ramón de Carranza de Cádiz. Domingos Quina habría salido a hombros de acabar ahí el choque, pero el partido, como la carrera de Robinho, siguió. Y ya fue demasiado.

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