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Bryan Zaragoza celebra su gol. FERMÍN RODRÍGUEZ
La crónica

Bryan Zaragoza destella en un partido indigesto

El canterano aclara el camino al triunfo de un Granada retocado que funcionó regular y en el que también marcó Víctor Díaz en un córner

Sábado, 21 de enero 2023

Bryan Zaragoza mereció una tarde fresca y tragarse un partido poco digerible. El joven talento malagueño salió en la segunda mitad con una ventaja exigua del Granada y un malestar creciente en la grada. Ganaban los locales, dominaba el colista, el Ibiza, sin puntería. Como ... siempre, tanto con Karanka como con López, Bryan se orientó hacia la derecha, a pie natural. De repente, se encontró en otra parte y se saltó el guion. Controló un balón en el carril del 11, su pasadizo cuando jugaba en el filial rojiblanco, aún bastante lejos del área rival. Verse en su flanco preferido activó una conexión interior en él. Arrancó a todo gas. Serpenteó como solo él es capaz de hacer en esta plantilla. Quebró a varios adversarios con sus cambios de ritmo, siempre en diagonal. Llegó hasta el área para solucionar con absoluta precisión, la rúbrica perfecta. Podía firmar el gol Vinicius, pero lo hizo un chaval que se cultivó en la cantera y que pide paso cuando se le da confianza y el equipo sopla en ataque. Juega menos de lo que debería. Lo suyo, por su plasticidad, hizo recuperar el ánimo de una afición hastiada. Compensó el bodrio previo.

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Paco López tomó medidas severas en su alineación. Hubo escarmiento tras lo de Valencia y dio banquillazo a Ricard Sánchez, Cabaco y Jorge Molina por decisión técnica y a Petrovic por gripe. Casi se le va la mano con ello, aunque al final el Granada ganara. No hubo fluidez, la irregularidad primó y solo la inocuidad ibicenca ante un buen Raúl impidió el suspense.

Granada

Raúl Fernández; Miguel Rubio, Víctor Díaz, Ignasi Miquel; Quini (Ricard Sánchez, m. 58), Bodiger (Sergio Ruiz m. 67), Melendo, Carlos Neva; Soro (Bryan Zaragoza, m. 67), José Callejón (Alberto Perea, m. 58) y Antonio Puertas (Jorge Molina, m. 67).

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Ibiza

Fuzato; Joseda, Grillo, Martín, Vázquez; Diop (Morante, m. 84), Appin, Cristian Herrera (Kaxe, m. 79), Nolito (Suleiman, m. 65); Ekain (Julis, m. 79) y Bogusz.

  • GOLES: 1-0, m. Víctor Díaz; 2-0, m. 81: Bryan Zaragoza.

  • ÁRBITRO: González Esteban (comité vasco). Amonestó a los locales Bodiger (m. 1; acarrea suspensión), Ricard (m. 84) y Bryan Zaragoza (m. 86); y a ninguno de los visitantes.

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 24 de LaLiga SmartBank, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 13.826 espectadores.

El inicio esclareció la posición de Víctor Díaz, esta vez ejerciendo de libre entre los otros dos centrales, Rubio e Ignasi Miquel, con Bodiger y Melendo por el centro, Quini y Neva haciendo kilómetros en banda y Puertas, Soro y José Callejón repartiéndose el ataque, con el almeriense de referencia, como en tiempos juveniles. Mucho orden para evitar pifias, a costa de demasiada rigidez. Enfrente, el Ibiza de Lucas Alcaraz, con dos diques en el centro como Appin y Diop, orden táctico y juego directo, directísimo, hasta en los saques de banda, siempre a la olla en las proximidades del área.

Bodiger se encontró pronto con una amonestación que le limitó para cualquier quite. El equipo navegó en la espesura, con muchos atranques y destellos sueltos. Algunos tiros por aquí y por allá, sin obligar a los porteros. El Granada tenía vocación de dominio pero salía con más cautelas que otras veces, como si no quisiera ceder espacios letales que pagó caro en otras otras citas. Todo iba sin mucho ritmo hasta que Callejón acudió a sacar un córner. Llevaba el equipo más de cien intentonas baldías desde el banderín hasta este sábado. El motrileño golpeó con elegancia e irrumpió el capitán para fulminar la mala racha estratégica. Salto de canguro, giro de cuello como un periscopio y remate colocado que Fuzato vio entrar.

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El gol pareció desatar la ira local. Puertas se encontró con el larguero con un chut exterior. Bodiger se lució con la derecha, con buena respuesta del portero del Ibiza, pero no iba a llegar la segunda diana y sí una amenaza del contrario. Fue en un saque de banda que peinó Ekain con empujón a Víctor Díaz. La bola aterrizó en el sector donde rondaba Nolito, que reaccionó mejor que Quini y chutó, pero el 'Zorro' Fernández lo despejó como si agitara una espada.

En el otro lado, Neva se hartaba de enroscar envíos y uno casi le huye hasta la red, pero Fuzato estuvo espabilado. El gaditano, muy suelto, era quien propiciaba la mayoría de llegadas, aunque no siempre seleccionara bien la potencia del servicio.

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Bogusz comprometió con un lanzamiento esquinado al poco de arrancar la segunda mitad, gesto de que los baleares seguían coleando. Cualquier balón suelto escocía y en uno Ekain casi se escabulle hasta Raúl, pero el portero esprintó para despejar. Todo se enmarañaba y al Granada le abandonaba la serenidad. Solo Melendo parecía capaz de mejorar lo que pasaba por sus botas, pero lejos del área, en terreno neutral.

La afición se empezaba a poner nerviosa. Ya hubo algún silbido suelto al descanso y la música de viento se fue contagiando a medida que el Ibiza tomaba el control. Paco López no tardó en meter cambios, frescura teórica con Ricard y Perea en lugar de Quini y Callejón, pero en lugar de que el viento rolara, llegó algún lío más. Ricard falló en un despeje aéreo y Nolito colocó un centro que falló Herrera con Raúl en el paredón.

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Fue lo que le quedaba al respetable para elevar los reproches y el caso es que tuvo repercusión. Soro tuvo un remate solo, valga el pareado, y PacoLó decidió agotar cambios a casi media hora del final. Sergio Ruiz por el amonestado Bodiger, Bryan Zaragoza y Molina para suplir a la pareja inicial ofensiva, Soro y Puertas. Pero el que siguió atacando, aunque sin acierto, fue el Ibiza, con un testarazo de Ekain que se alejó por poco.

Los rojiblancos tardaron en activar a Bryan Zaragoza. Demasiados voleones que no interesaban a los anfitriones. Se dieron cuenta, calmaron el paso, mejoraron la circulación y se la entregaron por arriba al joven malagueño para que gamberreara. El Ibiza contestó trezando y con un disparo de Bogusz, atajado por Raúl.

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La indigestión no se superaba hasta que apareció la centella malacitana para dejar a tres celestes por el camino con su zigzag maravilloso. Bryan está tocado por la varita divina. Puede que no recule mucho en defensa, que los 90 minutos se le puedan hacer largos, pero tiene más clase que un instituto y la habilidad de los que patean Copacabana. Hay que disfrutarlo porque cuando esté hecho, volará lejos. Conviene que, con tacto, no se retrase más su progresión.

Hasta el final, llevó siempre el cuchillo en la boca. Con la ventaja, ya no peligró la cosecha de puntos. Es lo que contará al final en la clasificación, pero en el corazón de la gente quedarán las maravillas que salen de las botas de ese muchacho menudo y de nariz aguileña que esconde un posible genio del fútbol. Si le dejan.

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