Dueños de su destino
La contracrónica ·
Había hasta cierta rabia en aquellos jugadores que quisieron matar el partido lo ante posible para que no se les atragantase el caucho. Mientras unos dudan, ellos respondenLa contracrónica ·
Había hasta cierta rabia en aquellos jugadores que quisieron matar el partido lo ante posible para que no se les atragantase el caucho. Mientras unos dudan, ellos respondenAlgo debía saber ya Diego Martínez cuando tras caer en El Sadar aludió a «lo extradeportivo», sin que nadie le inquiriese, como excusa que su equipo no pensaba poner en la derrota. El Granada permanece vivo en las tres competiciones a base de ... seriedad mientras, en la penumbra, se cuecen movimientos drásticos en torno a sus máximos gestores. Lo único que pueden hacer los futbolistas en todo esto es, a fin de cuentas, ganar sus compromisos. Fue lo que se propusieron desde el primer segundo en Navalcarnero, ante una eliminatoria a partido único que se tomaron como si enfrente estuviese ya el mismo Nápoles. Los rojiblancos se reivindicaron como dueños de su destino, ese que les marca su buen hacer como profesionales.
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También las casas de los futbolistas tiemblan cuando cruje la tierra por la Vega, y con ese zumbido el Granada marchó en la misma mañana del partido a Navalcarnero con un seísmo de goles a cuestas. Cayeron cuatro en la primera media hora, un huracán de fútbol que no pareció suficiente ni cuando Soldado marcó de vaselina a treinta metros de la meta. Había hasta cierta rabia en aquellos jugadores que quisieron matar el partido lo ante posible para que no se les atragantase el caucho. Mientras unos dudan, ellos responden. Sin contemplaciones, con respeto por el rival y por ellos mismos. Lo agradecen sobre todo aquellos secundarios en Liga que con el KO se visten de primeras espadas, en especial Alberto Soro, aunque si la visita a Navalcarnero le vino bien a alguien fue a Víctor Díaz, prácticamente inédito en los últimos cuatro meses por varios fastidios.
Aunque Diego Martínez recuperó centrocampistas para viajar a Navalcarnero, el vigués decidió volver a 'jugársela' tras el ensayo fallido de Jesús Vallejo como pivote en Pamplona y acompañó a Yan Eteki con Fede Vico, con reposo para Montoro en el banquillo y Luis Milla y Yangel Herrera temblando desde sus sofás en Granada, como Carlos Neva y Luis Suárez. El cordobés fue capaz de recular cuando le tocó sin balón, casi paralelo a su compañero, responsabilizado el camerunés como ancla con la pelota. Sin embargo, el Granada se abonó al juego directo para sortear el césped artificial y en un visto y no visto solventó con cuatro goles cualquier atisbo de campanazo del 'Naval'.
La fiesta fue tal que hasta mojó Foulquier, de capa caída en las últimas semanas y a poco que enlaza dos partidos consecutivos, y pudo hacerlo el canterano Isma Ruiz, premiado con toda la segunda mitad para él en lugar de Soldado, saciado con su obra de arte y una genial asistencia de cabeza para Fede Vico. Aunque propenso a meterse en líos, Nehuén Pérez recuperó crédito mientras el Atlético de Madrid cuestiona la conveniencia de su préstamo y Puertas ganó oxígeno, muy afilado para irse a por el lateral diestro rival como en sus mejores tiempos, quizás adivinando una víctima propicia.
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Al Granada no le pesa destrozar los sueños de equipos más modestos en su camino en la Copa del Rey. Sabe lo que quiere y cómo lo quiere: compitiendo hasta el último segundo, mientras le dejen. De negro luto, los de Diego Martínez ejecutaron un nuevo ejercicio de seriedad. Y pobre del que quiera interponerse.
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