Los jugadores del Granada celebran uno de los goles del partido. EFE

Navarra suma

El órsay ·

En un 23-F los granadinistas dieron un 'golpe de estadio' en El Sadar rompiendo la maldición de la camiseta blanca y con la sequía como visitante

MANUEL L. SAMPALO

Lunes, 24 de febrero 2020, 01:18

Efectivamente, Navarra suma y el Granada también. Tres puntos con los que no se contaba que bien pueden valer una permanencia. Fue un plácido domingo de Carnaval para el equipo andaluz. En el día, 23-F, que se conmemoraba el 39º aniversario de la ... criatura abortada del teniente coronel Tejero, los granadinistas dieron un 'golpe de estadio' en El Sadar. Se rompió la maldición de la camiseta blanca y se acabó con la sequía como visitante ganando como lo hace el Granada fuera, con contundencia. Machís parecía haber salido a jugar con tricornio, bigote y pistolón; gritando a la grada un «¡Se sienten, coño!» con cada chupinazo que alojó en el cielo de la portería rival.

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Las iniciales del nombre del extremo venezolano –D. A.– mutaron de Darwin Antonio a Diego Armando. Penetraba por la banda de Nacho Vidal, la de la sombra, como la mismísima Delcy Rodríguez por Barajas. La cosa iba de aviones. Y si la vice de Maduro contó con la complicidad del ministro Ábalos, para el de Tucupita fue inestimable la ayuda de la defensa osasunista, que estuvo de chirigota, con Aridane disfrazado de Valderrama. Quizás el papel de Míchel lo jugó el magnífico Yangel Herrera.

No necesitó Foulquier el apoyo reboteador de ninguna cara infantil, a diferencia del alcalde de Madrid, para embocar el balón junto al palo derecho de la puerta del otro Herrera, Sergio. Con el gol del francés, caracterizado de Nyom, se cerró el resultado con una segunda parte de purito trámite. DM dio entrada ya con todo el pescado vendido a Vico y me privó de haber titulado esta suerte de crónica 'Es la mañana de Fede Vico'. Aún confío en 'Herrera en Copa'.

Gracias a la inesperada goleada, afrontará el Granada el partido del próximo sábado ante el Celta de Vigo con holgura, la ceniza en la frente, el mollete del 28-F digerido y la certeza de que si gana continuará al menos una temporada más en Primera división. Aunque no deben obsesionarse los muchachos de Diego Martínez, porque más temprano que tarde se cumplirá el objetivo de permanecer. ¡Disfruten!

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