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José Ignacio Cejudo y Antonio Sánchez
Granada
Domingo, 1 de enero 2023, 23:32
El Granada de Paco López inicia el año 2023 con el objetivo claro de volver a Primera división. Nadie esconde ya en la entidad rojiblanca ... que no hay más foco que la vuelta a la máxima categoría e IDEAL ha charlado con los tres técnicos del conjunto granadino en la temporada 2017/2018, en la que el equipo, diseñado para subir, se quedó en Segunda. Hay un deseo compartido por todos, que ese regreso a Primera sea real.
No se había atrevido a dirigir fuera de España aún, pero José Luis Oltra vive días de vino y rosas en Chipre al frente del AEK Larnaca. El entrenador valenciano, que se hizo cargo del Granada en el verano de 2017 tras su anterior descenso a Segunda división, ha hecho historia en su nuevo club al clasificarse por primera vez para las rondas eliminatorias de un torneo continental, en la Conference League, tras haber terminado tercero la fase de grupos de la Europa League tras Fenerbahçe y Rennes, por delante del Dinamo de Kiev. En Liga, además, es tercero con los mismos puntos que el APOEL y el Pafos, al que se mide el próximo miércoles.
«La experiencia está siendo brutal, estoy muy contento. Nunca había vivido nada así, como la previa de Champions en verano, y estamos haciendo historia. Me fui en junio sin hablar nada de nada de inglés y ya voy sin traductor a las comparecencias de prensa; tengo mucha seguridad. Es la primera vez que salgo de mi zona de confort y lo único que echo de menos es a mi familia, que hasta ahora me habían acompañado siempre», comparte Oltra con IDEAL. «Mi mujer y mis hijos se quedaron en Valencia porque el mayor entró a la universidad, y aunque normalmente no paro con dos partidos a la semana cuando jugamos competición europea, muchas otras tardes se me hacen eternas sin ellos», admite.
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«En cualquier caso, los resultados están acompañando, con un récord de ocho victorias consecutivas por ahora, y ha sido un acierto a nivel profesional y personal también, porque era un buen momento aunque sea duro», contempla el técnico, satisfecho entre chipriotas, «tan pasionales como los griegos». «Me está sorprendiendo el nivel de la Liga, es mejor de lo que esperaba», cuenta.
José Luis Oltra solo tiene palabras de cariño hacia Granada, para el club y la ciudad, pese al amargo recuerdo de su cese en marzo, tras una derrota en Oviedo como le pasó a Aitor Karanka. «Fue la destitución que más daño me hizo porque éramos quintos, pero con el tiempo entendí que era insuficiente porque el objetivo era el ascenso directo. Teníamos una plantilla bastante buena, pero es que en Segunda hay que saber competir. Aunque ahora me pregunto por qué no puse más a Puertas, por ejemplo, creo que tomé decisiones correctas y que habríamos peleado por ascender hasta el final», rememora, rendido al «excepcional ambiente de Los Cármenes al cantar el himno o cuando apretaba en los descuentos».
Con el respeto por Aitor Karanka por delante, José Luis Oltra no esconde la amistad que mantiene con Paco López desde que jugaron juntos en el filial del Valencia ni su relación familiar con su preparador de porteros, Nico Bosch, cuyo padre es hermano de su suegra. «Quiero que el Granada ascienda con la gorra, sin duda», expresa. «El equipo empezó bien, pero es verdad que al igual que pasó conmigo le está costando fuera de casa. Todos los equipos se hacen fuertes en su estadio y la urgencia de los descendidos pesa. No tengo ninguna duda de que el Granada va a estar arriba aunque debe encontrar un equilibrio fuera, donde la fortuna le ha sido esquiva en varios partidos», observa.
Confía ciegamente en Paco López. «Es un entrenador muy valiente, de ir a buscar al rival, y tiene una manera de gestionar los grupos muy cercana a los futbolistas, implicándolos pero imponiendo su autoridad a la vez», valora. «Si tuviera que apostar, veo al Granada entre los seis primeros a final de temporada. Le deseo lo mejor porque le guardo mucho cariño. Siempre se me trató con respeto allí y disfruté mucho con la etapa de Diego Martínez», reconoce.
Miguel Ángel Portugal se encuentra en paro a la espera de una nueva oportunidad para dirigir en España después de haberse desempeñado durante dos años en Bolivia. Allí fue contratado por los clubes Jorge Wilstermann y Royal Pari de enero de 2020 a febrero de 2022, tras haber sido años atrás campeón nacional con el Bolívar, y su buen trabajo le introdujo en la terna de candidatos para asumir la selección nacional sin que fructificase. Ahora, de vuelta a casa, no deja de ver partidos de fútbol. «Es lo que me toca. Sobre todo, de los equipos a los que he entrenado, como el Granada». A los rojiblancos no pudo dirigirlos más que en cinco partidos en 2018, sin opciones ya de ascenso prácticamente desde la primera derrota con el Rayo Vallecano, pero su efímero paso le dejó un buen sabor de boca. El club confió tras él en Diego Martínez y buena parte de su columna vertebral ya estuvo en manos del burgalés.
«Rui Silva, Germán o Puertas apenas tenían minutos y conmigo jugaron mucho. Intenté conformar una base que luego coincidió con la que el equipo tuvo luego», resalta Miguel Ángel Portugal, que recuerda con mucho cariño la victoria en la última jornada contra el Cádiz, cuando este aún tenía opciones de ascenso. «Hicimos un gran partido y fue el reflejo de lo que queríamos. De haber tenido cinco partidos más, quizás habríamos conseguido el objetivo; creo que implanté una filosofía de juego con la que el equipo se sintió a gusto», comparte. «Con el tiempo me sentí un parche, porque la situación era tensa cuando llegué, pero amainamos algo la relación con la afición y luego me hizo feliz que volviese a Primera, aunque también me decepcionó mucho que descendiera otra vez la temporada pasada», esgrime.
Miguel Ángel Portugal sabe a ciencia cierta que la Segunda división «no es fácil». «Hay muchos equipos con los mismos objetivos y a los que bajan de Primera con la necesidad imperiosa de volver a subir les cuesta adaptarse, como le está pasando al Granada», remarca. «Veo más agresividad en el equipo con Paco López. Le gusta el protagonismo con balón de sus equipos y que defiendan con intensidad, muy a la imagen de lo que fue su Levante en Primera, tan valiente pese a estar abajo. Su manera de jugar no cambia mucho fuera o en casa, así que es cuestión de tiempo que el equipo vuelva a sacar los puntos que necesita», asegura.
Pedro Morilla es el entrenador de moda en China. Fue el recambio de José Luis Oltra en la temporada 2017/2018 y sumó seis partidos como rojiblanco en los que sacó una victoria, tres empates y dos derrotas. Un último tropiezo en el campo del Huesca provocó su salida del primer equipo rojiblanco, algo que le permitió quedar libre en la siguiente temporada e iniciar nuevos retos profesionales que le llevaron hasta China.
Allí, estuvo cerca de firmar por el equipo sub-18 de la selección del país, pero su incorporación se torció y acabó como director deportivo del Wuhan Three Towns, que se encontraba en la tercera categoría nacional con un proyecto sénior por desarrollar. Logró el salto a la división de plata desde la gestión técnica del equipo, pero en 2021 asumió las riendas del plantel como entrenador y acabó logrando el ascenso a la Superliga, en lo que ya era un éxito para la localidad. Sin embargo, en una magistral temporada, en la que un arranque excepcional de 2022 provocó que la escuadra se viera en los puestos altos de la clasificación, ha logrado un título que quedaba al comienzo de la Superliga muy lejos de la ambición del club. «Queríamos competir e intentar estar lo más arriba posible, pero adaptándonos y tratando de calibrar el nivel de la Superliga. Queríamos, básicamente, hacer una buena temporada, pero hemos llegado al final con opciones de ser campeones y lo hemos conseguido», celebra feliz el técnico sevillano, que en las últimas jornadas se ha jugado el título de la CSL con el Shandong Taishan, con el que ha terminado el 2022 igualado a puntos, pero al que ha superado por la diferencia de goles global.
Al igual que José Luis Oltra, destaca que lo más complicado de estos años en China, en los que vivió la pandemia de covid, ha sido estar lejos de su familia. Ahora tiene un doble encuentro de la FACup china, precisamente contra el Shandong Taishan, pero espera regresar a España para celebrar el campeonato con los suyos para «saborear el triunfo, que en el fútbol siempre es corto». Sobre el Granada, asegura que guarda un «buen recuerdo del equipo» para el que desea los mejores éxitos en un 2023 en el que los rojiblancos, como Morilla, quieren tener algo que celebrar al final del curso.
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