Rubén Rochina celebra eufórico un triunfo en Los Cármenes durante la temporada 2015/16. ALFREDO AGUILAR

«Rochina es un fichaje fantástico, no hay duda»

Segunda etapa ·

Quienes obtuvieron su mejor versión en Granada entre 2014 y 2016, José Ramón Sandoval y José González, analizan su vuelta al equipo

Lunes, 6 de septiembre 2021, 01:05

Rubén Rochina aguantó hasta los últimos días de mercado para regresar al Granada, desoyendo ofertas incluso superiores como la del Elche. Desde que rechazó la oferta de renovación del Levante tuvo claro que su próximo equipo debía ser el rojiblanco, su soñada vuelta a la ... ciudad en la que se consagró como futbolista entre 2014 y 2016 y que desde entonces sintió como su segundo hogar, construyéndose una casa. No fue una prioridad para la dirección deportiva, pero esperó su momento. Ahora, firmado hasta 2023, debe convencer a Robert Moreno para ganarse un puesto en el equipo, más completo con la treintena cumplida que aquel futbolista aún por consolidarse que aterrizó en Los Cármenes hace ya siete años.

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Los dos entrenadores que mejor rendimiento obtuvieron de Rubén Rochina en Granada fueron José Ramón Sandoval y José González. Junto al primero obró el milagro imposible de la permanencia en 2015 a falta de cuatro partidos; con el segundo, su reemplazo, consiguió la salvación en 2016 en el Sánchez Pizjuán con una sola jornada de antelación. Para ambos fue fundamental, siempre cerca de la mediapunta, su posición predilecta. Coinciden ante la llamada de IDEAL en que es «un fichaje fantástico». «Se le nota la madurez que ha adquirido con los años, sobre todo en el trabajo defensivo. Nadie podrá dudar de su compromiso, y está en una edad fenomenal», sostienen.

Cuando José Ramón Sandoval sustituyó a Abel Resino a falta de cuatro jornadas en 2015, se encontró una plantilla «moralmente descendida». Rubén Rochina no era una excepción. «Era uno de los futbolistas de los que manejaba referencias y buenos informes por su paso por el Rayo Vallecano. Decidí apostar por jugadores atrevidos y con desborde y él fue uno de ellos. Hasta entonces no había tenido mucha continuidad por las lesiones y tratamos de dosificarle las cargas de trabajo para que estuviese a tope en la competición. Empezó a entrar en el 'once' titular y nos lo agradeció de una manera impresionante», rescata Sandoval, con el gol desde el centro del campo en Anoeta a la Real Sociedad en la memoria. «A menudo los futbolistas se desencantan con ellos mismos cuando ven que no aportan nada al equipo, pero él empezó a sentirse importante ahí, ganó mucho valor de cara al grupo. Sentirse querido le supuso un plus para la temporada siguiente», reseña.

José Ramón Sandoval posa para IDEAL en la Ciudad Deportiva en 2015. RAMÓN L. PÉREZ

Sandoval, ahora en paro tras haber dirigido al Fuenlabrada de Segunda división el pasado curso como última experiencia, procuró tramar un sistema que le beneficiase. «Queríamos la posesión del balón y le hacíamos participar más; encajaba a la perfección tanto como mediapunta como en una banda de falso extremo, con libertad para jugar hacia dentro. Era un hombre perfecto para mi equipo», admite. «Cada vez que conectábamos con él sabíamos que iba a dar un último pase cerca del área. Se compenetró muy bien con jugadores de ataque como Youssef El Arabi, Lass Bangoura, Isaac Success o Adalberto Peñaranda, pero también con Fran Rico o Rubén Pérez por detrás, en la retaguardia. Intentábamos conectar con él para que lanzase a los de arriba como puñales», cuenta.

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«Lo que más nos gustaba de él era que tenía la portería entre ceja y ceja donde estuviese. Era un ansioso el gol. Como encajábamos con tanta facilidad, necesitábamos jugadores que no menearan la perdiz en ataque y finalizaran jugada para no consentir contragolpes rivales», confiesa José Ramón Sandoval. «Rochina siempre estaba en los momentos difíciles y cuando su equipo le necesitaba, hizo muchos goles decisivos. Además, caracoleaba muy bien para esconder el balón, tiene mucha calidad técnica. Poco a poco fue ganando confianza», aprecia. «Brilló mucho en aquella época y de hecho quiso ficharle un equipo mexicano importante. Sufría corriendo hacia atrás, pero con las líneas adelantadas se encontraba muy cómodo porque abarcaba mucho espacio en la presión y, si robábamos, no era más que finalizar. También era importante para crear superioridad numérica en el centro del campo», agrega.

«Siempre la pedía»

El Granada destituyó a José Ramón Sandoval en febrero de 2016 y eligió al gaditano José González, hoy al frente del Dalian Pro de la Superliga China. Atiende a IDEAL durante una estancia de unos días en su hogar. «Cuando conocí a Rochina andaba aún buscando su fútbol real tras haber pasado por varios equipos después de prometer mucho. Tenía el sello de La Masía. En Granada se sintió muy a gusto y fue donde empezó a destacar realmente por la tremenda calidad que tiene. Aquella fue su temporada más importante y probablemente en la que más partidos jugó», destaca. «La alegría de su juego fue fundamental para un equipo en apuros como el nuestro. Se atreve a pedir el balón en cualquier circunstancia; no le pesaba la responsabilidad pese a su juventud, era un inconsciente en ese aspecto», bromea José González sobre Rochina.

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Tenía claro que su sitio era la mediapunta. «Meterle en banda suponía hacerle trabajar demasiado y brillaba menos de lo que uno solicita a un jugador de sus características. Es un gran pasador ante todo, aunque también tiene ese disparo potentísimo. Jamás olvidaré un trallazo a Oblak que dejó temblando el larguero del Calderón hasta que lo demolieron», rememora José González. «Si jugaba en banda tenía que hacerlo en la derecha para ir hacia adentro, aunque ya eso le obliga a replegar y acercarse mucho a su área. También le he visto en un trivote y creo que lo puede hacer bien ahí. Aunque en el juego de posición se asocia bien y no pierde el balón en transiciones lentas, quizás jugar más lejos del área le hace perder un punto de sorpresa para llegar al ataque con claridad», cavila.

José González posa para IDEAL en la Ciudad Deportiva en 2016. GONZÁLEZ MOLERO

Tanto José Ramón Sandoval como José González opinan que, sobre el papel, Rubén Rochina encaja con Robert Moreno. «Es un jugador que te da pausa para que el equipo salga hacia el campo contrario pero también te ofrece una transición rápida con un balón preciso al espacio. Tiene muy buena visión de juego», aplaude Sandoval, quien recomienda al catalán «hablar mucho con él y mimarle para hacerle sentir importante y entender su juego». «Hizo un esfuerzo importante para volver porque siempre quiso quedarse a vivir en Granada. Siente amor por los colores y la ciudad; en ese sentido, el trabajo psicológico de motivación ya está hecho», apunta.

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Como Sandoval, también José González subraya la madurez que ha ganado con las temporadas. «Ha ido cambiando de posición y sabe desenvolverse en distintos roles. Ahora, con treinta años, tiene la cabeza mucho más asentada. Es un jugador diferencial y diferente, de los que faltan en el fútbol hoy en día, de los que buscan la profundidad y se atreven individualmente. Tiene muchísimo que dar y vuelve al jugar en el que más cómodo ha estado. Era muy feliz en Granada», insiste.

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