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John Jiang, en una videollamada con su ex 'vice', Kangning Wang. R. L. P.
Granada CF | Otro verano de chascarrillos de ventas

Otro verano de chascarrillos de ventas

La Plazoleta ·

Mientras los gestores locales aspiran a la normalidad, el propietario del club sigue sembrando incertidumbre

Rafael Lamelas

Granada

Lunes, 6 de julio 2020, 00:51

El Granada está habituado a vivir en una extraña anormalidad. Lleva casi dos décadas sin tener un presidente electo de la tierra. El último fue el ya fallecido Francisco Jimena, con el que terminó sufriendo el descenso administrativo a Tercera división. Ha habido mandatarios de juntas gestoras que eran granadinos, como Luis López, Miguel Ángel Molina o Ignacio Cuerva, pero los demás llegaron siempre de fuera, incluidos aquellos con los que se disfrutaron de ascensos antes de la etapa actual: el madrileño Paco Sanz y el murciano Quique Pina. Desde que el club se transformó en Sociedad Anónima Deportiva, sus accionistas mayoritarios tampoco vieron la luz en esta provincia. El primero fue el italiano Gino Pozzo, respaldando a Pina. El actual es el chino John Jiang, que sí asumió el cargo de jerarca institucional.

Nada malo tiene de base que quien mande no sea granadino, pero siempre abonará especulaciones si no se radica en la ciudad o si se desconoce su modelo de negocio, porque algún interés tendrá en su inversión. Pozzo nunca residió cerca de Los Cármenes, pero su sistema lucrativo se evidenció en la entrada y salida de futbolistas, ya veremos si de forma totalmente lícita o no cuando termine la instrucción de la operación Líbero. En lo deportivo, le avaló el rescate y crecimiento de la entidad y la supervivencia durante cinco temporadas en Primera, no sin sufrimiento. Lo de Jiang resulta más enigmático. En principio, parecía que su aparición le podía abrir puertas en este deporte en el ámbito del márketing, creando una red de equipos similar a la del italiano pero sin tanto trasiego de jugadores. El proyecto empezó fatal con los rojiblancos pero luego se enderezó, aunque el globo de la expansión sí se terminó pinchando. Lleva meses sin dar señales públicas hacia la masa social, en silencio de cara a la afición desde que el equipo subió a Primera. Nada excusó con aquella merma en el tope salarial derivada del 'caso' Adrián Ramos y ahora sigue en un inquietante distanciamiento.

Lo último que se sabe de él es que le debe 15 'kilos' a Pozzo de los intereses de la compra de la entidad y que sus gestores están intentando apaciguar al transalpino. Jiang, cuya solvencia actual parece dudosa, no puede tirar de dinero de las arcas el club porque se comprometió a no repartir aún dividendos, única fórmula legal para sacar fondos de uso personal. El grupo Hope se desmorona, sus ejecutivos parecen rumbo al Betis y los chascarrillos sobre una futura venta vuelven a salpicar el final de una temporada que, en lo deportivo, es magnífica.

Es complicado de entender que en una situación tan idílica, con un conjunto que está haciendo historia, el aficionado tenga que soportar la inquietud de desconocer cuál será el próximo paso del dueño del Granada. Nadie, ni sus propios empleados, saben a ciencia cierta qué pasa por su cabeza. Quienes se han interesado al respecto, aportan que no hablaría de desprenderse de su parte si no es por unos 80 millones, cantidad desorbitada. Por ahora, tampoco se ha planteado ceder una porción a un interesado.

Lo que sí parece descartado es que haya causa-efecto entre el posible traspaso de un futbolista y sus asuntos pendientes. Sólo hay una manera de beneficio propio, que es con el citado reparto de dividendos. Lo otro entraría en terreno pantanoso y acabaría en los tribunales. No parece que Jiang sea tan peligrosamente osado.

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