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Wakaso Mubarak sudó sangre en sus once partidos con el Granada para evitar un descenso cantado. Fue de los pocos que se salvó en aquel equipo. Llegó cedido en el mercado invernal procedente del Panathinaikos y al término de su préstamo se marchó al ... Alavés, donde ahora juega por tercera temporada consecutiva con un protagonismo creciente, convertido en uno de los imprescindibles de Garitano junto a Rubén Duarte y Aleix Vidal, titular en 13 partidos. En su momento sopesó quedarse en Los Cármenes aun en Segunda. Espera aplausos en su vuelta este sábado.
–Regresa a Granada en las filas del Alavés, donde parece haber encontrado su sitio en el fútbol.
–Sí, será un partido importante para mí porque el Granada fue mi anterior casa y me gustaba mucho mi vida allí. Este año me siento muy bien con el equipo, estoy jugando y mi ritmo en el campeonato está siendo muy alto. Como dice, parece que he encontrado mi sitio pero tengo compañeros que pelean por él y tengo que seguir trabajando para mantenerme y mejorar todo lo que me falta.
–Es uno de los imprescindibles de Garitano esta temporada. ¿Cómo ve al equipo?
–Estamos en un camino lógico. No estamos muy bien pero quedan muchos partidos por delante y estamos sacando puntos importantes. En casa somos muy fuertes, pienso, y es fuera donde tenemos que mejorar e intentar ganar más partidos.
–¿Cómo afrontan el encuentro en Los Cármenes?
–Como todo el mundo sabe, el Granada está muy en forma y jugando muy bien, ganando a equipos que nadie pensaba que podría ganar. Es un gran equipo y tiene muy buenos jugadores, rápidos y fuertes, con calidad también. Va a ser un partido muy duro para nosotros pero estamos preparándonos para intentar ganarlo u obtener un punto.
–Aquí fue feliz pese a que el equipo acabó descendiendo.
–Sí, sí. Siempre que hablo de Granada le digo a todo el mundo que estaba muy contento allí. Me encantaba la ciudad.
–¿Qué recuerdos tiene de aquella campaña tan complicada?
–Llegué a mitad de temporada y las cosas ya estaban muy difíciles. Intentamos salvar al equipo pero fue muy difícil al final. Lo intentamos por todos los medios porque el equipo no era malo. Todavía mantengo contacto con varios de aquellos compañeros, pero así es el fútbol.
–Llegó con Lucas Alcaraz y acabó apartado por Tony Adams al no tener contrato en vigor para la siguiente temporada.
–Con ambos estuve bien pero al final, como no tenía contrato con el equipo, Tony me dijo que a partir del descenso matemático era mejor seguir jugando con aquellos que sí lo mantenían para el año siguiente.
–¿Quiso quedarse?
–Tenía que hablar con mi representante, pero sí me habría gustado seguir, de verdad que sí, a pesar de que fuera Segunda división. El Granada ya me parecía un gran club y sabía que volvería seguro.
–La gente le quiso mucho. Se habló de 'Wakaso y diez más' entre tanta decepción.
–Yo sólo intenté trabajar para el equipo, pero sin mis compañeros no soy nadie. Trabajamos juntos y lo que pasó fue culpa de todos. No puedo decir que trabajara más que los demás. Éramos un equipo, cada uno con su actitud y su trabajo en el campo, pero sí sentí ese cariño.
–Su irrupción en el equipo supuso una inyección de energía y adrenalina, de coraje.
–Soy así en cualquier cosa que hago, en todo en mi vida más allá del fútbol. Siempre lucho hasta el final, pero en un equipo tenemos que luchar todos juntos.
–¿Cómo era aquel vestuario con tantas nacionalidades diferentes?
–No puedo decir que fuera malo, pero había mucha gente que no podía hablar español y yo intentaba comunicarme en inglés con todos. Cada uno venía de un sitio y no podíamos comunicarnos entre nosotros, no sabíamos lo que tenía el otro en la cabeza. Los grupos necesitan elementos en común para solucionar los problemas.
–El Granada ha cambiado mucho.
–No sé demasiado desde que me fui, no puedo hablar del club desde dentro ahora que no estoy.
–Pero sí lo verá sobre el césped, en los partidos.
–El Granada es un equipo muy fuerte, que juega muy unido. Muy completo. Están jugando muy bien. Con la posesión del balón son peligrosos, no sólo a balón parado, que también. Tienen una muy buena forma de jugar aunque sobre todo sacan ventaja en la estrategia.
–El único gol que marcó como futbolista del Granada fue precisamente al Alavés en Los Cármenes. Quizás fue ahí donde se ganó su fichaje.
–(Risas) Puede ser. Recuerdo el partido. Siempre bromeo con Pacheco sobre aquel gol. Esa victoria nos dio esperanza, nos permitió ganar algo de confianza para pelear hasta el final, pero no fue posible.
–¿Espera que le reciban con aplausos?
–De verdad que lo estoy esperando, ojalá que sí. Creo que cuando jugué allí me convertí en uno más de la familia y todavía me considero. Pero esto es el fútbol, no puedes estar en un sitio toda la vida. Este es un trabajo que te obliga a moverte para encontrar tu futuro, y yo ahora estoy muy contento en el Alavés. Quizás me quede aquí muchos años más.
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