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Melchor sáiz-pardo/Amador Gómez
MADRID
Miércoles, 29 de mayo 2019, 01:45
La operación policial contra el amaño de partidos en el fútbol español, para obtener beneficios en apuestas deportivas, se saldó ayer con la detención y puesta a disposición judicial de cuatro futbolistas de Primera y Segunda División, del presidente del Huesca, Agustín Lasaosa, y ... del jefe de los servicios médicos del club aragonés, Juan Carlos Galindo Lanuza.
Los jugadores arrestados están acusados de los presuntos delitos de corrupción en el deporte, estafa y blanqueo de capitales. Entre los detenidos, que deberán declarar mañana ante el juez, se encuentran el exjugador del Real Madrid e internacional con la selección absoluta Raúl Bravo; el excapitán del Valladolid recién retirado Borja Fernández; el también canterano del equipo blanco Carlos Aranda; y el exjugador del Huesca y actualmente en el Deportivo Íñigo López.
Estos dos últimos militaron hace años en el Granada. El primero solo estuvo media temporada mientras que el segundo formó parte de la plantilla en tres campañas, incluyendo la del ascenso a Primera división. Samu Saiz, también exjugador del Huesca y ahora en el Getafe, fue puesto en libertad a última hora de la tarde tras prestar declaración ante la Policía.
El origen de la investigación que ha destapado el escándalo de presunta compra-venta de partidos en el fútbol profesional es el encuentro Huesca-Nàstic de Segunda de la pasada temporada (0-1), denunciado hace un año por LaLiga, pero también está siendo investigado por la Policía Nacional el Valladolid-Valencia de la última jornada de Liga, que el pasado 18 de mayo acabó con 0-2 a favor del equipo visitante y su clasificación para la Champions. Por el momento, el supuesto amaño del duelo disputado en Zorrilla ha derivado en la detención de Borja Fernández, que se despidió del fútbol tras disputar como titular dicho encuentro.
Los dos goles del Valencia llegaron tras sendos errores defensivos del Valladolid, que ya tenía garantizada la permanencia en Primera, mientras que el equipo che se jugaba la cuarta plaza que da acceso a la Liga de Campeones.
Sin embargo, el amaño no habría sido consecuencia de un pacto entre ambos clubes, ajenos ambos a un caso investigado por las extrañas apuestas de, al menos, un jugador del Valladolid.
Fuentes de la investigación insistieron en que ni el Valencia ni sus futbolistas están implicados en la presunta compra-venta del partido ante el club pucelano, que advirtió de la posibilidad de interponer «las acciones legales oportunas, frente a toda persona o entidad que arroje cualquier tipo de información que pueda llegar a menoscabar la imagen pública del Real Valladolid». También el Valencia anunció que emprenderá acciones legales «contra quien vincule al club levantino con corrupción».
En el caso del partido Huesca-Nàstic del 27 de mayo de 2018, «tuvo una fuerte incidencia en las apuestas, registrando las casas de un volumen de dinero hasta 14 veces más elevado al normal para esta división (Segunda)».
Entró tal cantidad de dinero en las casas de apuestas pronosticando el 0-0 al descanso y la victoria final del Nàstic –que dio un paso decisivo para la salvación ante un Huesca que ya había ascendido a Primera–, que más de la mitad de las grandes casas de apuestas de todo el mundo suspendieron su cotización, tras detectarse también que ascendían apuestas con dinero ucraniano y chino. La Policía asegura que los involucrados en los amaños recibían unos 100.000 euros por cada tongo.
También como posible responsable de delitos castigados con penas de cárcel fue detenido en Málaga Carlos Aranda, exjugador de ocho equipos de Primera, «quien habría participado en los amaños de partidos en connivencia con su amigo Raúl Bravo (considerado por la Policía cabecilla entre los apostadores)». «Ambos reclamaban una deuda a otro jugador por un amaño en un partido que no habría llegado a producirse. A pesar de anticipar el dinero, el resultado esperado no se produjo, por lo que ambos supuestamente presionaron a su contacto en el equipo implicado. Incluso, se habría producido una 'contraoferta' por parte de la plantilla de dicho club para amañar otro partido», según fuentes judiciales.
Aranda, a quien la Policía vincula con dos casas de apuestas, era investigado en Málaga en otra operación, por presunto blanqueo, aún abierta, «y en el transcurso de la misma salieron a relucir los supuestos amaños de resultados de fútbol». A raíz de la denuncia de LaLiga por el Huesca-Nàstic, la policía de la ciudad andaluza puso a disposición de un juzgado de Huesca toda la información recabada sobre Aranda y se sumó a la operación, denominada 'Oikos', dirigida por el Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca.
La investigación también alcanzó a un partido de la pasada temporada entre equipos aragoneses de Tercera, el Sariñena-Cariñena, en el que ninguno se jugaba nada (1-1), pero «el amaño resultó infructuoso», según fuentes policiales.
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