Año nuevo, vida vieja

Me da cierto reparo hacer esta advertencia cuando apenas ha terminado la primera semana de enero, pero es que el granadinismo es, seguramente, el colectivo que más rápido ha bajado a la cruda realidad de la mediocridad en este 2025. No nos ha hecho falta ni que terminara el tercer del día de año para darnos cuenta de que viviremos la vida de siempre: los fallos defensivos, la inoperancia atacante, la polémica arbitral y la derrota. Siempre la derrota. Todo ello justo cuando la afición comenzaba a ilusionarse con la nueva aventura del equipo en la Copa del Rey.

Ha venido a ser como cuando te encuentras el carnet del gimnasio al fondo de la cartera a mediados de mayo, pero a primeros de enero. Lo sacas y aún está reluciente. Entonces te acuerdas de ese preciso instante de comienzos de año cuando te prometiste a ti mismo alcanzar tu mejor versión mientras te acaricias tu incipiente panza. Pero no desesperen, el año apenas acaba de comenzar y todavía quedan muchos partidos del Granada para hacernos recaer en que puede ir a peor. Feliz 2025 de parte de un granadinista.