El Granada acicala su fútbol

Gonzalo Villar y Uzuni fueron los mensajeros de esta otra vida. El centrocampista murciano necesitaba el gol que abrió la lata, no para convencerse de que tiene fútbol de sobra para ser importante, algo que él sabe y que se deduce con facilidad viendo sus cualidades, pero sí para romper una dinámica de cara al marco contrario que le había obsesionado. El conjunto rojiblanco fue un martillo en ataque y con esa pegada demoledora, sobre todo con el delantero albanés como ejecutor, se puede pensar en el retorno a Primera.

El técnico valenciano, con su trabajo diario, intenta elevar la frescura y la competitividad en un plantel donde nadie se puede sentir indiscutible. No es nueva la teoría, pero hay que aplicarla bien. No hay nada que descubrir cuando se asevera que en la manada está la fuerza del lobo, pero lo complicado es hacer que todos los miembros puedan aportar y se sientan partícipes. Y ese mérito sí corresponde a Escribá, que ha hecho una buena terapia de grupo. El entrenador dejó claro desde su llegada que la palabra indiscutible no está en su manual.

La luz abierta en el partido ante el Racing necesita confirmación y para el Granada no puede haberla mejor que ganar al Real Oviedo, un rival directo en la carrera por subir. La cita en el Carlos Tartiere invitará a la esperanza en caso de una victoria que, además, podría afianzar al conjunto rojiblanco en la zona vip. La importancia de vencer estaría basada en alejar a un rival que ahora está justo por detrás. El encuentro es de caza mayor. Un combate fogoso en una atmósfera polar donde conviene tener la cabeza fría.