GRANADA
Jueves, 3 de febrero 2022, 02:16
Luis Javier Suárez Charris está a un paso de alcanzar los 50 partidos jugados en la Primera división española, todos ellos con la camiseta del Granada. El punta cafetero ha llegado al club en dos épocas muy importantes y en ambas su vida ha dado ... un vuelco. En la primera debutó en Europa en el 2016, el año en el que el Granada cambió de manos y el filial granadino –por entonces llamado Granada B– debía consolidarse en Segunda B en plena transición entre la era Pozzo y la era John Jiang. En aquel filial rojiblanco, dirigido por Lluis Planagumá, el goleador del equipo era el brasileño Matheus Aias, un 'nueve' que con sus 16 goles le dio motivos de sobra al preparador barcelonés como para dejarlo en el once inicial un domingo sí y otro también. No obstante, el filial tenía un joven muy temperamental en el banquillo que cuando salía también hacía sufrir de lo lindo a las defensas rivales. Planagumá era consciente de que ese talento existía y le dio minutos en 35 partidos de Segunda B de aquel curso 16/17, en el que el colombiano anotó cinco goles.
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Después de aquella primera experiencia europea, al delantero de Santa Marta le tocó crecer lejos de Los Cármenes y tras golear con las camisetas del Valladolid B, del Nástic y del Real Zaragoza volvió a su querida Granada con dos condicionantes que, si no rendía bien en su vuelta a la entidad rojiblanca, se le iban a volver muy pronto en su contra: era el fichaje más caro de la historia del club y era un futbolista sin experiencia en la elite en un equipo en el que sus 'rivales' por un puesto en el once eran Roberto Soldado y Jorge Molina.
A pesar de ello, sus ganas de triunfar como granadinista le ayudaron y mucho a adaptarse al equipo y a encajar en los planes de Diego Martínez, que la pasada temporada lo utilizó en las tres competiciones que afrontó el club. «Desde que tuve la opción de venir al Granada no me lo pensé dos veces», dijo en una entrevista concedida a IDEAL la pasada campaña en la que recordaba que su primera toma de contacto con sus nuevos compañeros fue en un momento clave de la temporada: en Malmö.
«Todos me acogieron de la mejor manera (...) Quise viajar para meterme en la dinámica lo antes posible y una vez que pude entrenar mostré mi carta de presentación y poco a poco ha ido yendo todo a la perfección», contaba sobre su llegada a la institución en la previa de un partido (el Malmoe-Granada) que no pudo jugar por no haberse tramitado aún su ficha, pero en el que vivió con sus nuevos compañeros la histórica clasificación del equipo para la UEFA Europa League.
Cuando Suárez firmó hasta 2025 y todos los trámites legales quedaron resueltos, llegó su debut en la máxima categoría con una igualada (1-1) en el estadio Ramón de Carranza de Cádiz. Desde entonces su potencia, su personalidad, su velocidad y sus goles le han facilitado instalarse en las alineaciones del Granada y también en las convocatorias de la selección colombiana.
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El curso pasado lo terminó con 27 partidos jugados en Primera y cinco goles marcados, la misma cifra lograda en aquella primera experiencia europea con el filial rojiblanco. Este curso ha ganado galones con Robert Moreno y, con independencia de si el técnico catalán proponía un 4-3-3 o un 4-4-2, Suárez ha logrado tener minutos en las 22 jornadas de Liga que lleva disputadas el equipo, marcando seis goles. Los dos últimos fueron los últimos tantos del equipo en la derrota en Getafe, por lo que seguro que necesita más dianas y más triunfos para calmar su hambre de victorias.
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