
Alfredo García Amado | Director general del Granada
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Alfredo García Amado | Director general del Granada
«Esto es fútbol» es una muletilla que suele intercalar Alfredo García Amado cuando explica los pormenores de su gestión en el Granada. El gijonés, ... muy introducido en la sociedad local, maneja los códigos de este deporte y evita siempre referirse al ascenso bajo otro cliché, «el objetivo que todos tenemos en mente». Esta es la primera de tres partes. Las demás se irán publicando a lo largo del día. En ellas no evita otros asuntos, traslada optimismo en el crecimiento del club y en que haya un mejor estadio pronto, aunque no con el proyecto definitivo.
–Estos meses han tenido que ser duros...
–Después de un descenso, tras una temporada que fue muy mala, la situación no era fácil. La crispación y la crítica las asumo y entiendo. Lo que hemos tenido que hacer es aceptarlas con responsabilidad y profesionalidad. Me gusta vivir la ciudad... Paro con todo el que me pregunta. Es fútbol y hay que entenderlo. Lo que tenemos que hacer nosotros es trabajar y aceptar esas críticas. Quien no tolera este tipo de momentos duros no está en el sector acertado.
–¿Por qué fue tan mala la temporada pasada?
–Hicimos una mala gestión deportiva, lo digo sin paños calientes. No planificamos bien y en una competición tan exigente como la Primera división, se paga. Hay que ser conscientes de que hay ocho equipos luchando por evitar tres plazas. Son los que suben y algunos más. Si ascendemos, lo normal es estar ahí abajo, pero hay que evitar caer. Entonamos el mea culpa.
–Hace poco, la afición pedía que la directiva dimitiera. Ahora, el ambiente está más tranquilo.
–Hay dos claves. Primero, el equipo varió la dinámica de resultados con el cambio de entrenador, porque esto es fútbol y la afición quiere ver ganar a su equipo. Lo segundo, reabrir el proyecto de grada joven. Pasamos por una situación transitoria por cuestiones extradeportivas dadas las denuncias que hubo. Cuando esto se solucionó, recuperamos la animación. En aquel momento no podíamos explicar por qué era; parecía que era una pataleta del consejo de administración, y no era así. Fueron asuntos complicados, con un procedimiento distinto. Una vez solventados, abordamos la recuperación.
–Explique cómo se ha refundado.
–Nosotros somos pulcros con la normativa. A partir de ahí, integramos a distintos grupos de jóvenes. Hay hasta algunos abogados que tienen ideas muy chulas, universitarios... Un fondo diverso que nos gustaría que fuera más amplio. Mi ilusión es que toda la parte baja de la zona sur se complete con esta grada de animación, que generaría un ambiente bonito.
–¿Qué ha aprendido del granadinismo?
–Es una afición leal y pasional. Me encuentro cómodo así, siente el fútbol. La ciudad y la provincia viven por y para el Granada. Cuando las cosas van bien, todos estamos contentos, y cuando van mal, te lo dicen. Me gusta un club así, con una afición exigente, que sabe de esto, porque se nota en el estadio. Esto me hacer querer ser mejor cada día.
–¿Qué grado de atención ha tenido la presidenta?
–La relación con Sophia (Yang) y Javier Aranguren es diaria. La presidenta está al tanto de todo. Ella vive fuera, pero para esto estoy yo aquí y me convierto en la cara visible. La gestión está compartida con ambos.
–Usted ya vivió la repercusión de un descenso, que heredó, pero en el último no tuvo que sacar a muchos futbolistas.
–En lo financiero estábamos más equilibrados que en la vez anterior. Siempre te encuentras un problema con el límite salarial. El consejo decide aguantar a los futbolistas importantes. Al estar sobrepasados, para poder equilibrar necesitas vender. No hace falta ser premio Nobel para entender que, para ello, hay que traspasar a los más cotizados. Luego, te dejan invertir solo una cantidad. Entonces, hubo que tomar una decisión: retener a los futbolistas, sabiendo que a 30 de junio puedes tener pérdidas salvo que ascendamos o vendamos antes; o bien anticiparse y sacar gente para hacer un proyecto diferente, quizás más débil. Nuestra idea fue clara. Decidimos mantener a Myrto (Uzuni), Lucas (Boyé), Gonzalo (Villar) y Sergio (Ruiz), por los que tuvimos ofertas importantes. Aguantamos y a la vez nos reforzamos en lo que pudimos.
–¿La venta de Bryan Zaragoza no compensó?
–Esta operación entró la temporada pasada, pero el desfase viene principalmente por la bajada en derechos de televisión, publicidad, etc. La diferencia de ingresos es abismal. Al final, hay que tomar una decisión estratégica. Si este año no conseguimos el objetivo que tenemos en mente sí tendremos que hacer una reestructuración de plantilla.
–No salió bien la apuesta por Guillermo Abascal.
–Cuando le fichamos, estábamos todos ilusionados, pero no funcionó. Es un gran entrenador, pero si las cosas no van, por todo lo que veíamos, lo importante es reaccionar. Vimos que teníamos que actuar con rapidez y cambiar de entrenador. Son decisiones del fútbol. En este caso, creo que acertamos decantándonos por Fran Escribá, al menos hasta el momento. No significa que con él ganemos todos los partidos y nos haga conseguir fácil el objetivo que todos tenemos en mente, pero creo que ha dado una estabilidad que al final es lo que nos ocupa.
–¿En qué contribuye su serenidad?
–Le viene bien a la entidad y al granadinismo. Su mensaje es tranquilo, pausado, transmite confianza. Esto impregna a los jugadores. La primera vuelta la acabamos con 33 puntos, unos números razonables para afrontar la segunda con optimismo, sabiendo que tuvimos seis primeros partidos malos porque en casa jugamos con Albacete, Huesca, Deportivo y Málaga y sacamos solo dos puntos. Con algo razonable estaríamos primeros.
–¿Cómo es su relación con Matteo Tognozzi? Él hizo una gran apuesta por Abascal.
–Las decisiones forman parte del fútbol, te puedes equivocar o acertar. Nuestra relación es normal y trabajamos así desde que se incorporó.
–Imagino que ya están enfrascados en el mercado de invierno.
–Por supuesto, aunque no hay mucho dinero. Siendo sincero, tenemos margen para hacer una incorporación de perfil importante, un jugador que nos dé un plus de calidad. Para hacer más cosas, ya tendremos que dar salidas y los ahorros que conlleven, más otros ingresos que logremos.
–¿Serían traspasos o cesiones?
–Lo normal es que sean cesiones, pero también puede venir un jugador libre o que rescinda en otro equipo. Nuestro objetivo es que vengan jugadores para este periodo de seis meses y luego ya veremos.
–¿Qué le falta al equipo?
–Para perfilar las posiciones que se pueden reforzar analizaremos con la dirección deportiva y el entrenador nuestras necesidades y las posibilidades del mercado. En base a ello, determinaremos.
–¿Cómo está la situación con Uzuni?
–Muy bien. Hablo con él varias veces al día, es un fenómeno como persona y jugador. Como buen futbolista pide y exige, y cuando encima mete goles... Pero tenemos que buscar un equilibrio entre él y toda la plantilla. La relación es magnífica y en verano, cuando hubo ofertas por él, apostamos por su continuidad porque sabemos que, en Segunda, si está cómodo, es determinante. Lo está demostrando. Va camino de superar los números de su pichichi. Es un 'personaje', pero nos llevamos bien.
–¿Ve factible una mejora de contrato?
–Tampoco tenemos mucho margen. Si haces esto, a lo mejor no podemos traer a otro jugador. En este equilibrio estará nuestra gestión con él y los demás.
–¿Teme tentativas por algunos futbolistas en invierno?
–Nos vamos a remitir a la cláusula de rescisión con todos. En el mercado de invierno no vamos a vender a ninguno de los jugadores importantes. Todos sabemos quiénes son, no negociaremos.
–¿El club está saneado?
–Sí, está ordenado. Es evidente que si no conseguimos el objetivo que todos tenemos en mente, afrontaremos un trabajo arduo en el verano que viene porque habrá que vender jugadores para ajustar. Si en el pasado hubiéramos traspasado a ciertos futbolistas, ahora todo estaría cuadrado, pero quizás tendríamos peor equipo. Asumimos esta estrategia.
–Hay varios jugadores que acaban contrato. Algunos, como Brau o Ricard, titulares habituales. Y luego están irrupciones como la de Rodelas.
–Cada uno tiene unas circunstancias diferentes. Queremos que se queden con nosotros los jugadores importantes. Rodelas tiene un contrato largo, aunque también queremos hablar con él, mientras que Brau y Ricard acaban contrato y estamos hablando. Voy a ser sincero; nosotros tenemos unos parámetros económicos en los que nos moveremos sin hacer locuras por nadie. Uno de nuestros rasgos es mantener una salud financiera que dé viabilidad. El Granada celebra su centenario en el año 31, ojalá que coincidiendo con la capitalidad cultural de la ciudad, y tiene que seguir existiendo. A veces, esto te lleva a decir que no a cosas, tomar decisiones que a veces no son bien recibidas.
–Pero hay una apuesta por los jóvenes, ¿no?
–Sí, claro. Uno de los problemas que tiene el filial, el Recreativo Granada, es que tenemos arriba a Oscar, Rodelas, Juanma... El juvenil jugará la Copa del Rey, haciendo un campañón. Yo estoy convencido, y Sophia Yang y Javier Aranguren también. Somos un club en el que tenemos que formar, ser de cantera. Con nuestra capacidad económica media, has de generar jugadores. Y luego, vender en algunos casos si hay ofertas buenas para que la rueda siga girando.
–¿También tratarán de reforzar el filial?
–Sí, intentaremos echar un cable, aunque teniendo claro que la idea es formar jugadores para el primer equipo, pero como poco en 2ª RFEF. Un descenso no sería traumático, pero no lo deseamos porque la capacidad formativa está relacionada con la exigencia de la competición.
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