Mejoría insuficiente en El Toralín

La presencia de Melendo como mediapunta propició el mejor juego granadinista. Con él, se rasea el balón y éste va a otra velocidad. El juego combinativo fluye, y el talento del menudo futbolista decanta el dominio para su equipo. Bodiger y Petrovic, perdidos en otros partidos, parecían otros, más participativos, más preclaros en la combinación. Sin embargo, el control abrumador del juego por parte de la escuadra visitante en El Toralín no se tradujo en demasiadas ocasiones, si bien Ricard y Callejón tuvieron dos claras con el cancerbero local vencido. Durante bastantes minutos se vio al Granada que su afición quiere contemplar, dominador y buscando la victoria desde el arranque.

La lesión de Ricard antes del descanso –en una jugada donde pudo ser víctima de penalti–, obligaba a recomponer la defensa. Karanka respondió arriesgando, colocando a Puertas de lateral diestro y dando salida a Rochina para situarlo adelantado en la banda derecha. El levantino tuvo en sus botas la resolución del partido, en un 'uno contra uno' ante el cancerbero del equipo berciano donde quizá pecó de egoísta con el balón, pues disponía de un compañero desmarcado y solo para empujarla.

Fue desaparecer de la alineación Melendo y Molina y el juego ofensivo del Granada bajó muchos enteros. Solo el joven Bryan Zaragoza fue capaz de poner algo de chispa en los minutos finales, donde además se padecieron varios contraataques locales que pudieron acabar en gol. La apuesta por Arezo como punta de ataque volvió a devenir en fiasco, una vez más.

La mejoría de juego no dio para obtener la victoria. Parece incuestionable que cuando Óscar Melendo está en el campo el equipo es otro. Lo fue en los minutos finales ante el Huesca, y mientras se mantuvo en el campo contra la Ponferradina. Las mejorías como equipo son siempre bienvenidas en esto del fútbol pero, a veces, como en la medicina, pueden ser la antesala de una recaída definitiva. Y eso dejaría muy tocado a Aitor Karanka. Sporting y Tenerife confirmarán si el aún enfermo se cura o sus males se cronifican.