El Granada afrontará el mercado de invierno con necesidades en los flancos. La posición adelantada de Ricard Sánchez ante el Eibar en detrimento de efectivos como Giorgi Tsitaishvili o Theo Corbeanu evidenció la pérdida de confianza en estos últimos, incapaces de mantener un rendimiento óptimo ... y constante a lo largo de la competición. Tampoco Kamil Józwiak –fuera de la convocatoria por problemas físicos– maravilla a Fran Escribá, que se decantó por el recreativista Sergio Rodelas en el pasado hasta su lesión. Y Pablo Sáenz, que se reivindicó en Ipurua, también fue perdiendo protagonismo en las últimas jornadas. Una situación que parece abocar a la entidad a reforzar sus bandas este enero.
Publicidad
Dos goles y cinco asistencias. Ese es el bagaje aportado por los extremos rojiblancos en la primera vuelta. Un tanto de Tsitaishvili, otro de Rodelas, así como dos pases clave de cada uno más otros dos de Sáenz, y absolutamente nada por parte de Corbeanu o Józwiak. Unos guarismos muy pobres dentro de la aportación ofensiva total de la plantilla. Hasta los zagueros disponen de más pólvora. Entre Ricard, Rubén Sánchez, Loïc Williams, Pablo Insua, Oscar Naasei, Manu Lama –solo jugó en Copa–, Ignasi Miquel, Miguel Rubio, Miguel Ángel Brau y Carlos Neva –fuera de combate desde septiembre–, el equipo logró convertir ocho dianas y tres asistencias. Mención especial para el lateral tarraconense, con tres tantos y tres pases de gol en su haber.
Como se podía esperar, la comparación resulta todavía más sonrojante ante los números de los arietes. Con Myrto Uzuni a la cabeza en su carrera por el pichichi, los delanteros del Granada marcaron en 21 ocasiones y asistieron a sus compañeros en cuatro. Así, las bandas constituyen a día de hoy la principal debilidad del equipo de Escribá en labores ofensivas. Rodelas se salva de la quema debido a su buen hacer tras promocionar desde el filial. Solamente le bastaron un par de oportunidades para hacerse con la titularidad gracias a su lucha constante y su guante en el pie izquierdo para colgar balones al área.
De los últimos fichajes, prometía Tsitaishvili. El internacional georgiano arrancó eléctrico el curso con Guille Abascal en el banquillo. Su desborde y su buen disparo presagiaron divertidas tardes de fútbol en Los Cármenes por el flanco derecho, pero la luz se le fue apagando progresivamente hasta perder su carácter diferencial con Escribá. Józwiak llegó en Primera y completó aceptables actuaciones en mitad del desahucio colectivo, pero aún parece arrastrar la pérdida de la categoría. Se muestra sin ideas, ni soluciones. Como Corbeanu, un futbolista que jamás dio la talla y que apunta a salir por el bien de un equipo que intenta ascender.
Publicidad
Nada que ver con Sáenz, que subió del 'B' este verano y encajó como revulsivo desde el banquillo para resolver partidos. Sí que perdió protagonismo con la llegada de Escribá, pero su titularidad en Eibar dejó notables sensaciones. El navarro tiró del carro e hizo méritos para continuar en la segunda vuelta a diferencia de los anteriores, que no cumplieron con las expectativas a poco más de una semana para la apertura del mercado.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.