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Fran Rodríguez
GRANADA
Domingo, 29 de diciembre 2019, 01:14
El fútbol tiene ahora una velocidad de vértigo que obliga a los equipos a repostar en la siempre esperanzadora ventana de fichajes de invierno. Aunque no siempre resulta exitosa, los clubes buscan a partir del 1 de enero la solución a sus problemas. El Granada ... lleva acudiendo desde antes de que regresara a Primera en 2011. Así, bajo el tándem Pozzo-Pina, llegaron héroes de la talla de Doucouré, Nolito, Ricardo Costa, Recio o Rubén Pérez, si bien las necesidades de un tiempo a esta parte han cambiado.
No hay que ir más lejos que a las dos primeras Navidades bajo la propiedad de John Jiang para comprender que aquellos eran mercados de urgencia por la situación del equipo en la tabla. En enero de 2017, pocos niños granadinistas no incluían en su carta a los Reyes una pócima que revirtiera los muchos problemas que mostraba aquel plantel de rayas sobre el césped. Se cerraron seis fichajes. El lateral Héctor Hernández (del que pervive la polémica vuelta al ruedo) y los medios Koné, casi inédito, y Wakaso, que dejó una grata impresión en la afición. Con más expectación firmaron el central Ingason, con cartel internacional,y Adrián Ramos, precedido por sus goles en Alemania.
También llegó un portero tímido, pero de gran futuro. Rui Silva se unió a la disciplina nazarí para relevar a Oier en el pulso con Ochoa. El luso es, sin duda, el gran fichaje de los últimos mercados invernales, dado su desempeño actual. Sin embargo, ninguno evitó el descenso.
En Segunda, lo que sería un paseo de vuelta a las estrellas acabó en tortura. Así, llegado el invierno, hubo que acudir a un bazar que resultó tan estéril como aquella campaña. Se buscó desequilibrio con las llegadas de Hjulsager y Agra, pero ninguno consiguió hacerse un hueco a pesar del evidente desgaste en Pedro Sánchez y Machís. Los fichajes de invierno, como la propia temporada, no dejaron huella.
Todo lo contrario ocurrió en la siguiente. El Granada consiguió el empujón que necesitaba para lograr el ascenso directo con la participación de fichajes que demostraron su valía. Dani Ojeda revolucionó el vestuario con hambre y despertó de un breve letargo a Vadillo y Puertas. Azeez se convirtió en un activo inteligente del club, llegando en el último minuto del mercado y siendo útil para Diego Martínez sobre todo en el arranque ahora en Primera. Algo menos importante sobre el verde, pero fundamental por su compañerismo, resultó Bernardo Cruz.
Con respecto a aquel enero de 2017, la situación en la tabla del Granada tiene poco que ver. Ahora la urgencia radica en lo maltratada que está la plantilla por las lesiones y no tanto por los puntos, pues los rojiblancos se han ido a las vacaciones en una cómoda undécima posición, más cerca Europa que del Celta, que de momento marca el descenso.
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