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A las 9,32 horas se anunciaba oficialmente que Pedro Morilla dejaba de estar al frente del primer equipo del Granada. Una decisión que se barruntaba desde la semana anterior, pues en la directiva existía el convencimiento de que una derrota en Huesca hacía insostenible su continuidad. A pesar de todo, la entidad detalló en su comunicado que «le considera un activo de la entidad y parte fundamental del proyecto, por lo que seguirá contando con su labor dentro de la parcela deportiva». Las funciones no se han aclarado.
La presencia del presidente John Jiang en El Alcoraz, acompañado de su asesor David Belenguer, hacía intuir la importancia del encuentro en tierras oscenses. El domingo se quedó como reflexión, con todos regresando tras el desplazamiento, pero el suspense concluyó este lunes, con el beneplácito del mandatario. En menos de dos cursos bajo su propiedad mayoritaria, el Granada acumulará siete técnicos: Paco Jémez, Lluis Planagumá –un partido en el 'A' y el resto en el filial–, Lucas Alcaraz, Tony Adams, José Luis Oltra, Pedro Morilla y Miguel Ángel Portugal.
Morilla llegó al club al comienzo de la campaña 2016-2017 para ejercer de la secretaría técnica junto al entonces director deportivo, Javier Torralbo 'Piru'. Desde la primavera del año pasado se encargó de la captación de futbolistas para el filial, debido a la idea del club de romper el convenio que mantenía a futbolistas de la órbita de Gino Pozzo y del fondo de inversión en la cantera. Además de ese trabajo en los fichajes, el propio Morilla se ofreció para dirigir al Granada B, afrontando una campaña que estaba transcurriendo con inusual normalidad, con la escuadra coqueteando con los puestos altos.
Asumió el gobierno de los 'mayores' el 19 de marzo, al día siguiente de la derrota del Granada en Oviedo por 2-1. Aunque no había trascendido, de puertas para dentro ya se había especulado como alternativa en otros momentos de marcadores negativos en el cuadro de Oltra, que el valenciano había salvado gracias a sus triunfos en Los Cármenes y a aquella muesca en Córdoba fuera de casa. Pero la caída en el Carlos Tartiere precipitó los acontecimientos. El equipo estaba quinto con 49 puntos, puesto de promoción, a ocho del ascenso directo. Estaban por delante el Rayo (57), Huesca (57), Cádiz (54) y Sporting (52). El principal motivo del despido, según el director deportivo, era buscar la reacción para cazar a alguno de los dos primeros. Los acontecimientos han transcurrido al revés desde entonces. Lo que parecía poco, disputar las eliminatorias, es el sueño actual tras estos seis partidos.
En la actualidad el Granada es octavo con 55 puntos, a doce de la cúspide que da acceso a la categoría superior y a cuatro de los cruces. Mismos 55 puntos que tiene el noveno, el Valladolid. En la cabeza están el Rayo (70), Sporting (68), Huesca (689, Numancia (61), Cádiz (59), Zaragoza (59) –cerrando el 'play off'– y Oviedo (56). Desaprovechó un tramo de calendario favorable, en el que se cruzaba con dos equipos prácticamente descendidos –a día de hoy ya lo están– y uno en la pugna por no bajar. Arrancó con fuerza ganando a un candidato a la promoción, el Numancia (1-0), cayó ante el afligido Lorca (3-2) y no pasó del empate ante Osasuna en Los Cármenes (1-1). Nuevas tablas ante un agonizante Sevilla Atlético (0-0), 3-3 con la Cultural en casa con un final delirante y el 2-1 de Huesca, en una nueva remontada en contra.
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