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Recio aflojó una soga en Anoeta que hoy asfixia algo menos

El Granada vuelve al estadio donostiarra donde el año pasado arrancó un punto en una situación algo más compleja que la actual y ante un rival jugándose su presencia en Champions

Ángel Orte

Jueves, 1 de mayo 2014, 10:21

Vuelve el Granada a Anoeta y de nuevo lo hace para poner en liza gran parte de sus aspiraciones de permanencia Primera división en el vigente curso. Los rojiblancos llegan a la cita en tierras donostiarras en una situación similar, que no idéntica. Y es que el curso pasado el equipo de Alcaraz afrontaba la cita ante un equipo que se jugaba su presencia en Champions League, mientras que los rojiblancos, decimoquintos con 35 puntos, quedaban a tan solo tres de un descenso que por aquel entonces marcaba el Deportivo de la Coruña con sus 32 en el casillero.

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Aquel encuentro, correspondiente a la jornada 35 de Liga, al igual que el de esta próxima jornada, trigésimo sexta de campeonato, se disputó un lunes. Un hecho que permitió al equipo de Alcaraz jugar con el conocimiento de que los tres conjuntos inmersos por el descenso -Deportivo, Mallorca y Celta- habían caído en sus respectivos encuentros. Un choque en el cual los rojiblancos fueron a remolque durante gran parte del partido debido al tempranero gol de Imanol Agirretxe, que fue contrarrestado al cuarto de hora por El Arabi. Sin embargo, al borde del descanso de nuevo el ariete txuri urdin estableció el 2-1 en el marcador.

La segunda mitad fue otra historia completamente diferente. Alcaraz quemó sus naves y dio entrada a Buonanotte y Aranda. El argentino sirvió como revulsivo en un partido el cual, instantes antes de su final, vivió cómo la conexión paleña del conjunto rojiblanco del curso pasado volvió a funcionar. Roberto colgó un balón desde la medular que magistralmente bajó Aranda con el pecho dejándolo muerto dentro del área para Recio cuyo disparo en primera instancia lo repelió la zaga donostiarra. En su segundo intento, el malagueño colocó un disparo cruzado junto a la cepa del palo de la portería de Claudio Bravo que sirvió para que la expedición rojiblanca estallara de alegría sobre el verde de Anoeta. El Granada sacó aquella noche un punto que prácticamente valió por una permanencia. Los rojiblancos se ponían a cuatro puntos del descenso a falta de tres jornadas para la conclusión de la Liga, y con la inminente visita de Osasuna a Los Cármenes.

Hoy, el Granada afronta el choque cuando restan tres fechas para que la competición toque a su fin, y a cuatro puntos del peligro de forma provisional hasta que Valladolid y Real Madrid se enfrenten en el José Zorrilla. La situación se plantea como menos exigente y ante un rival que ya tiene prácticamente los deberes hechos en esta temporada.

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