Camilo Álvarez
Martes, 2 de septiembre 2014, 23:07
Cuando se cerró el mercado estival anterior, el que daba paso a la temporada 2013/14, el Granada contaba con cuatro jugadores para pelear por jugar en el centro del campo. Fran Rico y Yebda se perdieron demasiados partidos por culpa de las lesiones, pero ... estaban recuperados para la causa. A ellos se unieron Iturra, que llegaba después de hacer un gran papel en el Málaga de Champions, y el repescado Recio, con el que Schuster no contaba y decidió regresar. Para completar la oferta de mediocentros, Fatau en principio jugaría con el filial pero contaba con opciones de tener minutos. Sin embargo, Alcaraz decidió apostar por el famoso trivote, con lo cual cinco efectivos pasaron de ser suficientes a escasos. La situación se agravó con la marcha de Yebda en el mercado invernal. Su papel secundario después de desaprovechar múltiples oportunidades le llevaron a tensar la cuerda y el club prefirió sacarlo del vestuario antes de que se amotinara.
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A pesar del esfuerzo de la dirección deportiva, se cerró el periodo de fichajes de Navidad sin la contratación de un centrocampista, así que Fatau tuvo que asumir la responsabilidad de suplir a cualquiera de los tres titulares. Le vino demasiado grande. Y eso que dejó muy buenas sensaciones en escenarios tan complicados como el Santiago Bernabéu. Pero con el paso de las jornadas iba evidenciando que sin experiencia en Primera era una temeridad dejar todo en sus manos. Existía una segunda alternativa: Coeff. Aunque el francés se incorporó al Granada como central, Alcaraz quiso que aprendiera a desenvolverse en una posición más adelantada. Finalmente no cuajó en ninguno de los dos puestos.
Desde antes de que acabara el pasado curso en la entidad granadinista ya se pusieron a trabajar para evitar que se repitiera la situación. Caparrós no podrá decir que no cuenta con efectivos suficientes para afrontar el reto. Con la llegada de Eddy son seis los centrocampistas que forman parte del la primera plantilla. Y de todos los colores. Fran Rico y Javi Márquez representan a un jugador más creativo, con capacidad para llevar el ritmo del equipo. Yuste y Sulayman son más bragadores pero se defienden con la pelota en los pies, mientras que Iturra, Eddy y Sissoko aportan músculo.
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