Granada CF | La contracrónica

Expectantes

Del acierto en completar la plantilla dependerá buena parte del devenir de la temporada recién arrancada

eduardo zurita

Domingo, 21 de agosto 2016, 10:28

Se abrió el telón de la temporada 2016-17 en Los Cármenes con buena afluencia de público -sobre todo considerando las fechas aún de vacaciones generalizadas-, y ante un rival de tronío como el Villarreal, que si bien ha pasado recientemente por momentos de zozobra ... con el cese de su anterior entrenador, Marcelino, sustituido por Fran Escribá, no deja de ser una de las escuadras de mayor potencial de la liga de Primera.

Publicidad

Existía incertidumbre en torno al Granada y el público acudió expectante para observar la propuesta de juego de los de Jémez. Las pretemporadas actuales poco aclaran. Entre que las plantillas no se cierran hasta final del mes de agosto, donde ya se habrán celebrado dos jornadas ligueras, y que los clubes modestos tienen que esperar con paciencia a los estertores del mercado para tratar de conseguir piezas preciadas, muchos de los ensayos realizados desde el mes de julio no llegan a contar con marchamo de definitivos. Por ello los resultados obtenidos en los bolos veraniegos son poco significativos, cuando no engañosos, como ocurriera en aquel brillante periplo estival de la plantilla de Caparrós que devino luego en sonoro fracaso liguero.

En todo caso el cambio producido en la plantilla del Granada en relación con el ejercicio pasado ha sido tremendo. Del once titular ante los castellonenses sólo Foulquier, Lombán, Krhin, Márquez y Cuenca estaban el año pasado entre los rojiblancos, y casi todos ellos no pertenecían al once titular habitual de los rojiblancos. Pero no sólo eso, sino que el sistema o modelo de juego implantado desde el banquillo por Jémez es totalmente novedoso por estos lares. La falta de algunos efectivos que puedan llegar en los próximos días para completar la plantilla, la no incorporación de algunas de las adquisiciones ya hechas dada la cercanía de su llegada caso del fichaje estrella del ecuatoriano Angulo-, y los lógicos desajustes de un sistema que requiere muchos esfuerzos de automatismos en su concepción, hacían presagiar severas dificultades para superar la prueba de fuego que suponía recibir a un equipo de Champions como el Villarreal.

Y las deficiencias fueron evidentes durante buena parte del partido. El Granada se veía incapaz de sacar el balón jugado desde atrás tanto por la presión del rival como por la parsimonia en el ritmo y las carencias de recursos propios para circular con rapidez y precisión el balón. Particularmente los jugadores más lentos, como Márquez, y menos capaces en el manejo del balón, como Lombán, quedaron señalados en sucesivos fallos que pusieron en jaque al equipo local. Durante la primera hora, la falta de centrocampistas adecuados para ofrecerse en la salida del balón evitaba que el dominio del balón por parte rojiblanca se transformase en situaciones de peligro reales en campo rival. De hecho en la primera parte no hubo acercamiento alguno de los locales al marco de Asenjo, que asistió al partido como espectador privilegiado. Sólo puede destacarse un posible penalti sobre Ponce por un agarrón que sufrió dentro del área visitante tras un desmarque del bravo jugador argentino.

El Villarreal pudo adelantarse en dos ocasiones durante la primera parte: una pérdida de balón -una de tantas-, de Márquez, permitió un gran pase en profundidad del equipo visitante que Lombán retrasó torpemente hacia Ochoa dejando a Pato franco frente al mexicano, que evitó el primero del partido con una gran salida; la segunda oportunidad visitante vendría tras un saque de banda mal defendido por la zaga local, que permitió el remate de Soriano casi a bocajarro que no llegó a la red por la intervención milagrosa de Uche desviando el esférico.

Publicidad

En el arranque de la segunda parte las mejores ocasiones volvieron a ser amarillas. Un gran disparo de Soriano a los diez minutos de la reanudación se encontró con el poste de la meta de Ochoa. Los castellonenses se hicieron amos del partido. Un nuevo fallo en el pase de Márquez en una situación relativamente cómoda permitió el contragolpe rápido de los castellonenses que fue parado en el borde del área en clara falta por Uche. Pato había desperdiciado hacía unos minutos una oportunidad de tiro directo similar, pero Castillejo colocó el balón en esta ocasión ajustado al poste, en el justo lugar al que no pudo llegar Ochoa, adelantando a los visitantes.

El gol no hundió al Granada. Antes al contrario, el equipo reaccionó con orgullo ante la adversidad, y desde el banquillo empezaban a atisbarse movimientos para provocar cambios que activasen al equipo. Un córner acabaría con un buen centro desde la banda derecha de Márquez que Ponce cazaría en el área chica para hacer inútil la estirada de Asenjo y poner las tablas en el marcador. El Granada se encontraba con una recompensa a esa altura de partido manifiestamente injusta, pues el Villarreal había sido claramente superior.

Publicidad

Jémez retiró a un desafortunado Márquez, retrasó a Toral e incluyó a Barral para acompañar en la delantera a Ponce. El equipo mejoró en posicionamiento y fluidez, y aunque Castillejo y Sansone pudieron adelantar al Villarreal en sendas claras ocasiones visitantes, el Granada empezó a carburar mejor, sobre todo tras la salida de Luis Martins sustituyendo a Toral, ocupando la banda izquierda y liberando a Boga para ocupar su posición natural de media punta, donde en los últimos minutos del partido dio un recital de buen hacer futbolístico.

Un posible penalti a Barral -no señalado-, y una gran ocasión de Ponce a pase del gaditano, pudieron otorgar el triunfo final al Granada. En la fase final del encuentro los rojiblancos llegaron más enteros que los rivales. El partido acabó con más zozobras para los castellonenses que para los locales, que no volvieron a ver peligrar su meta. El Granada había mejorado sobremanera en el último tercio del partido. Foulquier se entendía bien con Cuenca por la derecha, y hasta un desconocido Martins no desentonaba en el flanco izquierdo del ataque, con Boga como protagonista de las mejores acciones de creación.

Publicidad

El empate final parece ajustado a los méritos acumulados por ambas escuadras. El Villarreal tuvo las ocasiones más claras, sobre todo en la primera fase del segundo periodo, pero pudo perder el partido en su tramo final, donde fue inferior a los granadinistas. El que el Granada fuera de menos a más permitió a la afición local acabar con buen sabor de boca viendo a su equipo buscar la victoria agobiando a un contrario con pedigrí.

Falta muchísimo para que los engranajes funcionen adecuadamente. Y parece que faltan piezas de calidad que aseguren el éxito definitivo del modelo propuesto. Centrales que saquen con soltura el balón, centrocampistas que lo pidan constantemente y lo circulen con rapidez, y extremos que ensanchen el campo y permitan llegar con mayor profundidad al área rival. Se atisban perfiles esperanzadores en las nuevas adquisiciones realizadas, especialmente en el caso de Boga un portento conduciendo el esférico pegado al pie y superando a cuanto rival encara, que parece tener en la media punta su lugar más natural-, o de Ponce con buen desmarque, rapidez, lucha y siempre atento para cazar cuanto balón pase por su lado en el área-. Hay elementos que ya parecen encajar con cierta precisión en el modelo, como el portero Ochoa siempre atento y dispuesto al corte como último defensor, y bien colocado bajo su meta-, o el abnegado Krhin cortó cuanto pudo y cerró espacios constantemente, no estando tan brillante en la salida del balón-. Pero otras piezas chirrían estruendosamente, y parece evidente que el centro de la defensa, un elemento para controlar la circulación y organizar el equipo y las bandas necesitan elementos de más garantías. Las propias decisiones de Jémez en la alineación y las sustituciones efectuadas parecen dejar bien claro las confianzas y recelos sobre los elementos de la actual plantilla y la necesidad por ello de refuerzos en determinadas posiciones.

Publicidad

Continuaremos expectantes a las contrataciones que resten, que deberán en todo caso encaminarse a otorgar un salto de calidad que permita que las buenas sensacions atisbadas en el tramo final del partido ante el Villarreal se conviertan en certezas en los próximos compromisos. Habrá para ello que acertar en los elementos a incorporar y apostar por la calidad más que por la cantidad. El cierre del mercado de fichajes estival en otras temporadas supuso la llegada de elementos trascendentes, caso de Brahimi, o de futbolistas prescindibles, como Neuton en la última temporada. Del acierto en completar la plantilla dependerá buena parte del devenir de la temporada recién arrancada.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad