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Rafael Lamelas
Lunes, 6 de febrero 2017, 17:15
El Granada sale del búnker en el que ha pretendido aislarse del ruido. Ahora tendrá que definir si se guarece en la trinchera u opone resistencia a campo abierto. Enfrente hay un rival impecable, trufado de calidad y confianza, que sabe juguetear con el balón ... como si fueran malabaristas, aunque patina a domicilio. La UD Las Palmas es un equipo en crecimiento, que quiere volar alto y que imanta el esférico. Pero todo esto no da la patente de la victoria por decreto. Hay otras formas de jugar.
Los amarillos no ganan como forasteros desde la primera jornada. El Granada no lo hace desde el 3 de diciembre ante el Sevilla, en la única vez de la temporada que se embolsó más de un punto. No sólo han pasado muchas hojas del almanaque desde entonces. Los rojiblancos han colado seis caras nuevas en su plantel y han dejado ir a ocho elementos. Dos canteranos han ascendido 'sine die', Aly Mallé y Martin Hongla, convirtiéndose el primero en la irrupción más prometedora desde abajo en todo el curso. Dueño de la diestra.
De los fichajes, sólo dos serían titulares, los mismos que el pasado sábado. Ingason encauza su tercera cita con la lógica voluntad de enjugar su grueso error cometido en Villarreal y que significó el primer tanto castellonense. Héctor Hernández esperará para debutar con las rayas horizontales, en la posición maldita por antonomasia. Desde la marcha de Guilherme Siqueira, y con la salvedad quizás de Brayan Angulo, ningún lateral zurdo alcanzó un estatus de consenso. El vallisoletano lo intentará, aunque está todavía falto de motor y es posible que Lucas Alcaraz aguante a Gastón Silva.
Las esperanzas goleadoras están puestas en el colombiano Adrián Ramos, que rompió el hielo en el estadio de La Cerámica. Con buenos movimientos de continuación, la gris actuación colectiva impidió observarle en el remate. Algo que tiene que subsanar sin más remedio. Para abastecerle, aparte de Aly Mallé, llega una séptima 'incorporación'. Mehdi Carcela ya está listo para retomar su gobierno tras su estancia en la Copa de África, donde sólo actuó en el primer encuentro. Se siente con fuerzas y asume la responsabilidad de demostrar, en esta segunda vuelta, por qué es la contratación más cara de la entidad. Por la izquierda se sigue apuntando Cuenca.
No es fácil discernir por dónde pretende intervenir Alcaraz al conjunto de Setién. Lo normal sería apostar por la respuesta rápida, con un centro del campo que contrarreste a un adversario con querencia a la posesión abrumadora de la pelota. Para ello se podría caer Sergi Samper para que ingrese Uche Agbo, que destilará energía aunque tendrá que atemperar su agresividad, quedando un hueco para el que pugna Andreas Pereira, que como Uche vuelve tras sanción, o para Martin Hongla, que emergió como alternativa el fin de semana pasado. Aparecerían de nuevo Saunier y Foulquier en defensa, dúo francés de los que se espera mucho tras restablecerse no hace tanto de sendas lesiones.
Kone, fuera de forma
Rui Silva, otro del flamante destacamento, seguirá esperando turno porque Ochoa sigue siendo incontestable, mientras que Kone ni siquiera entró en la citación. El jugador está en una fase de puesta a punto, tras superar unas molestias en el gemelo que le impidieron integrarse con normalidad en los primeros días como rojiblanco. Ahora, una vez recuperado, tiene que alcanzar el grado de plenitud necesario para competir en los partidos. Wakaso Mubarak, por su parte, está pendiente de llegar a España para integrarse con el resto de compañeros, tras su cuarto puesto en la Copa de África con Ghana. La ilusión de Las Palmas es levar anclas y zarpar hacia posiciones que den acceso a competiciones continentales la campaña que viene. Sus movimientos en el mercado obedecen claramente a ello. Por un lado, Allen Halilovic, el joven croata que pasó por el Sporting de Gijón con altibajos y que tiene un enorme talento por domesticar. Tras su paso por Alemania, busca junto a Quique Setién la posibilidad de expandir su fútbol de salón. Es probable que sea de la partida, ante la lesión de Momo.
Pero sin duda el gran imán de este bazar invernal lo supone Jesé Rodríguez. El extremo aún propiedad del Real Madrid aterriza en su tierra tras seis meses de aburrimiento en el París Saint Germain. Se junta así una pléyade de futbolistas marcados por la clase distintiva, que ahora tendrán que funcionar como una coreografía. Dos grandes golpes sobre la mesa durante esta ventana, dentro de un plantel que cuenta con varios genios, cada cual en su labor, como Jonathan Viera, Roque Mesa o Kevin Prince Boateng.
Las Palmas es un equipo de autor, de paladar fino, aunque sus números adviertan de que se agrieta cuando viene a la Península, pero la situación del Granada es tan dramática que ni el empaque del enemigo es relevante. Es una noche para resolver muchos asuntos. Si el aislamiento le ha servido a los rojiblancos para esfumar los miedos, rebajar los errores y recobrar solidez. Para destapar si queda esperanza o confirmar que sigue en la vía hacia el matadero. Todos saben la importancia del momento. La grada, también. Es lunes, velada fea y se ha empezado a metabolizar la tristeza. Pero en 90 minutos todo puede cambiar, aunque seguro que no hay que esperar tanto. La manera con la que salten al césped hablará por sí sola.
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