En directo, desde Los Cármenes

Lo de menos es el resultado. Ya ninguno de los tres que quedan por registrarse en el casillero rojiblanco importan lo más mínimo a nivel clasificatorio. Sin embargo, el Granada le debe el máximo respeto a su afición, la que se ha comportado de una forma excelente a pesar de que sólo ha recibido carbón durante toda la temporada. El descenso se consumó matemáticamente en Anoeta hace unos días, pero el camino hacia Segunda lo emprendió en verano, justo cuando se cerró el mercado en agosto y se comprobó el nivel de la plantilla conformada. Quizá por aquello de que no ha sido un suceso repentino ha perdido el dramatismo de caer en la última jornada, pero no deja de castigar duramente a una hinchada muy por encima de su equipo.

Lo que siempre se ha convertido en una fiesta para el granadinismo y el amplio madridismo local, la visita del Real Madrid, se convierte ahora en un suplicio para los parroquianos locales, sobre todo los de carné, que se debaten entre hacer negocio con su tarjeta de abonado -vigilado con lupa por el club-, dejar su plaza vacía sin más o acudir a ver uno de los últimos grandes duelos hasta, al menos, dentro de dos temporadas. Tampoco es fácil adivinar la reacción de la grada cuando su equipo haga acto de presencia. Una vez consumada la agonía es momento de aparcar el sufrimiento en lo poco que queda de este maravilloso circo, aunque están en su derecho de protestar a voz en grito contra la nefasta gestión.

En el entorno y en el seno del propio club se habla más del futuro que de lo que queda de campeonato, lógicamente, porque lo de ahora interesa poco o nada. La configuración de la plantilla para la categoría de plata se está gestando sobre la base ya existente. Jugadores con contrato con los que se quiere contar. Y también con algunos que acaban su vinculación el próximo 30 de junio pero interesaba su permanencia. Es el caso de Wakaso, una vez más fuera de la lista de convocados. El africano dejó entrever hace unos días su predisposición a seguir pero la realidad complica este extremo. Su traspaso es de 1,5 millones y su sueldo prohibitivo para Segunda según anunció ayer Tony Adams. Las conversaciones mantenidas estos últimos días le alejan de Granada. Igual ocurre con Carcela, este sí con contrato en vigor pero con pocas opciones de seguir habida cuenta de sus emolumentos y su caché.

Ninguno estará frente al Real Madrid porque, palabras de su entrenador, no tienen la cabeza donde deben tenerla, en el partido, así que mejor que reflexionen en casa. El técnico interino priorizará la motivación por encima de la calidad individual y va a premiar a aquellos que, a su juicio, dejaron buenas sensaciones en Anoeta pese a la derrota. La única duda podría estar en el centro del campo, donde Rene Krhin podría ocupar el puesto de Angban. El resto serán, presumiblemente, los mismos que completaron una actuación aceptable ante la Real Sociedad, la única mínimamente destacable de los últimos partidos del Granada. Incluido Hongla, que durante la semana era duda por unas molestias de las que se ha recuperado a tiempo.

El plan B asusta más

Aprovechando que el rival ya no se juega nada y que ha demostrado suficientemente su debilidad, Zinedine Zidane aprovechará el partido de esta noche en Los Cármenes para dar un respiro a sus máximos exponentes y dar entrada a un equipo con futbolistas que no gozan de demasiado protagonismo habitualmente, pero que cuando juegan lo hacen mejor incluso que los titulares. Isco, James, Lucas Vázquez o Morata representan a la perfección esa segunda fila que sería titular en casi cualquier equipo del mundo.

En Riazor hace dos jornadas sufrieron la avalancha del mal llamado plan B (2-6). Hasta Tony Adams aseguró ayer que prefería enfrentarse a un Madrid plagado de habituales temiendo que a su equipo le ocurra lo mismo que al Deportivo, lo lógico teniendo en cuenta las circunstancias. Como es habitual en las últimas salidas, Zidane deja en casa a Cristiano Ronaldo, que ha marcado tanto en la portería local como en la visitante en Los Cármenes. El portugués sigue con su proceso de dosificación que le ha llevado a no jugar en Butarque, Gijón y La Coruña. Para el entrenador francés lo de menos es el equipo elegido, lo que necesita es sumar los tres puntos para seguir optando al título de Liga.