Rafael Lamelas
Jueves, 25 de mayo 2017, 23:40
Romper con Gino Pozzo no es como echar un huevo a freír y del desenlace de este divorcio no consumado dependen, en gran parte, las perspectivas económicas del Granada actual en Segunda división. Aunque el italiano vendiera el club por 37 millones a John Jiang el año pasado, no se rompió del todo con el vínculo. Estableció un convenio en la transacción bajo el cual podía seguir usando parte de la estructura de las categorías inferiores -filial y juvenil- para dar de alta a algunos de los futbolistas de su inmensa red, en torno a una treintena. La mayoría se quedó en el 'B', unos pocos anduvieron con el primer equipo, pero otra gran cantidad ha estado repartida por el mundo. El montante para la contabilidad, según Adams, asciende a siete millones de euros. Es un dato con muchos matices, pues los clubes donde recalaron asumen la gran mayoría de sus fichas, cuando no toda. El problema concurre cuando a 1 de julio, todos figuran bajo la etiqueta 'Granada CF' en el listado, aunque económicamente estén bajo el control de Pozzo, vía fondos de inversión. Tras el descenso, es un pufo.
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Para entender este tinglado, hay que retroceder al origen del modelo de negocio de Udinese, basado en la captación masiva de posibles talentos -en el estrato inferior al que pescan los clubes grandes-, con movimientos continuos de cesiones de ellos por varios emplazamientos, para potenciarlos e ir amortizando la inversión. En tal caladero, hay muchos elementos que no acaban de triunfar, pero otros sí, y van compensando las apuestas. Este mercadeo hizo del club transalpino una potencia económica con los años y la estrategia se replicó en Granada, especialmente con el filial como plataforma, al no haber límites de inscritos ni impedimentos con el número de extracomunitarios. Llegó a haber más de 90 operaciones de entrada y salida. Una red de colocación con la que quieren romper.
De esta forma tan variada, hay futbolistas en el propio Udinese como Hertaux o Widmer que federativamente son del Granada, pero no pueden ser reclamados. Pasa con Molla Wague, en el Leicester; los exrojiblancos chilenos Christian Bravo (Universidad Católica) y Xabier Santos (Extremadura), o el ghanés Clifford (Atlas mexicano, que tiene opción de compra); otro chileno, Valber Huerta (Huachipato, de su país); el croata Frano Mlinar (Wil 1900 suizo), y su paisano Bubnjic (Brescia italiano); o el brasileño Luizinho (Atibaia, de su país). Uno de los últimos de esta lista, en la que seguro que hay nombres que no han salido a la luz pública, es el de Juan Camilo Hernández, joven colombiano del Deportivo Pereira, que apunta buenas maneras y que seguramente pronto estará en Europa. Se publican noticias allí sobre su relación con el Granada, pero es otro del trampolín italiano.
Con el 'A', el Granada ha tenido con vinculación económica a Pozzo a Foulquier y Gabriel Silva (al que 'recedió' al Udinese en invierno); a Uche, que está atado al Watford (club inglés del italiano) y Kone, que llegó en enero, pero que tiene un contrato convencional con el Udinese. A ellos se añade Darwin Machís, al que Pozzo envió al Leganés al no contar en los planes de Javier Torralbo 'Piru', y ahora está con la selección de Venezuela.
Los 'Pozzitos'
En el 'B', los 'Pozzitos' se dividen entre los que se anclan al Watford (Estupiñán, Matheus Santana y Fobi) y los que pone Granada en su contrato al menos, aunque su futuro lo marque el expropietario: Martin Hongla, Corozo, Sulayman, Sergio Peña, Karisic, Navarrete y Matheus Aias, más Pawel (Udinese) y Luis Suárez, del que tiene opción de compra del Leonés colombiano.
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Cuando Adams habló de un coste de siete millones en el 'B', no se refería estrictamente a los que habitualmente han defendido la camiseta de rayas horizontales en la 'división de bronce'. Estos, con los que sí son propiedad real (Entrena, por ejemplo), supusieron un presupuesto en torno a dos millones. Lluis Planagumá, su técnico, cobraba 80.000 euros. Se han difundido cantidades desorbitadas en los mentideros sobre él que no se ajustarían a la realidad. A todos ellos hay que añadir el sueldo de Angban, que aunque estuvo con los 'mayores', su ficha estaba con el escalón por debajo. Cobraba en torno a 600.000 euros.
Entre los juveniles, además, se encuentran Becerra o Ponce (no confundir con el argentino Ezequiel). Pozzo hábilmente ha ido enrolando bajo sello del Watford a algunos de sus activos, antes o tras el proceso de venta del equipo. Ocurrió así con Peñaranda y Success, a los que se sumó Uche tras el verano. Seguramente seguirá con la misma fórmula en adelante o buscará un nuevo satélite tipo Granada, aunque, de momento, todo sigue igual.
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