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Rafael Lamelas
GRANADA
Martes, 1 de junio 2021, 00:58
Vienen tiempos de apretarse el cinturón en el Granada tras el cisma que ha supuesto la salida de Diego Martínez. El club se marca como ... prioridad la elección del nuevo entrenador en un marco de ajuste económico respecto a esta temporada y que ha influido, aunque el gallego no lo reconociera así en su rueda de prensa de despedida, en la marcha de quien ha sido el gran líder de este equipo en los últimos años. El que le sustituya no solo lidiará con la sombra de su leyenda, sino con una situación que si no es del todo austera, sí implica control y sentido para intentar seguir creciendo. Toca aligerar ciertos lastres, aunque no se quiera perder ambición en ello.
Este escenario marca la necesidad de adaptar la entidad a un contexto diferente al de la campaña que acaba de concluir, pues el Granada ya no será el undécimo tope salarial de Primera división –presumiblemente bajará varios puestos– ni cuenta con el acicate de los ingresos por participar en la Europa League, que finalmente supusieron un extra –se calcula cerca de 9 millones por premios– que compensó el dinero dedicado a incorporaciones, 23,2 'kilos'. Sí se espera una paulatina normalización con la futura campaña de abonos, en paralelo al resto de clubes de la máxima categoría, lo cual irá mejorando la liquidez.
Hay dinero inmovilizado ya con litigios relacionados con el expresidente Quique Pina (tres millones, según el último informe contable) y otros por denuncias puestas por futbolistas despedidos en su día que acudieron a la UEFA, 1,25 'kilos', más otras cantidades que no especifican el motivo. Todo, al menos, con un superávit en estos apuntes de 4,67 millones.
A las cargas en forma de deuda de un proyecto que se embarcó en fuertes gastos de fichajes en su campaña europea, que suponen un calendario de pagos a abordar en estos próximos años, se unen otros litigios pendientes y nuevas amenazas en curso, como la de los extrabajadores del grupo Hope (no Antonio Cordón), una mercantil que asesoró a la entidad en Segunda y al principio en Primera. Sus antiguos empleados buscan una responsabilidad subsidiaria en los impagos con los que les cerró la empresa el expresidente del Granada, John Jiang. La gestión actual del club considera que no les corresponde afrontarlos.
También acecha al Granada la demanda que mantiene Gino Pozzo, el exdueño de la sociedad, a quien se le adeuda una cantidad superior a los 15 millones fruto del proceso de venta, una bola que ha ido creciendo por los intereses. Un dinero que, en teoría, tendría que asumir la empresa DMMC, la actual propietaria, mediante fondos propios, no tirando de las arcas del equipo, algo limitado. La posibilidad de una recuperación de parte del paquete accionarial de la mano de Pozzo es una hipótesis complicada, pero no descartable.
En esta coyuntura, la dirección no solo está preocupada en si el más idóneo para el banquillo es Pacheta, Mendilibar, Gracia, Moreno o cualquier otro, sino en qué recursos se podrán disponer para mejorar una plantilla que tiene huecos en varias posiciones, aunque conserve una base apreciable, quizás algo envejecida.
«Han salido muchos nombres que nos hacen gracia, porque he coincidido en otros clubes. En los próximos días esperamos cerrarlo. He vivido momentos muy especiales con Pacheta y Mendilibar», reconoció Patricia Rodríguez en la presentación del evento Formex Vision Football, congreso que se celebra en Los Cármenes.
También queda definir cómo funcionará la estructura, porque hay indicios de que no solo está haciendo llamadas de interés a posibles técnicos el director deportivo, Fran Sánchez, y su grupo de ayudantes, sino que personal vinculado directamente a la propiedad también ha hecho gestiones. Definir el liderazgo en este sentido resulta crucial, pues hay muchas decisiones, de corto, medio y largo alcance, que necesitan respuesta, no solo con el primer equipo, sino también con el filial. En infraestructuras, como la ciudad deportiva y el estadio, está todo parado.
El Granada quiere afrontar un proyecto sostenible con un nuevo técnico bajo un organigrama en el que esté aclarada la jerarquía, alterada tras la destitución del director general, Antonio Fernández Monterrubio, cuyas funciones quedaron diluidas dentro del consejo de administración, bajo el asesoramiento del abogado Javier Aranguren. Todo esto tendrá que ser explicado por quien ejerce de referente en la ciudad, la consejera Patricia Rodríguez. La donostiarra tiene previsto comparecer para detallar su plan de acción una vez que se presente al nuevo preparador, en un margen que no debería de superar esta semana para conocer a quien hará este papel, aunque hay gente del mundillo del fútbol que advierte de que «la cosa va lenta».
La velocidad en torno a este tipo de gestiones varía de forma drástica en cuanto se encuentra al candidato adecuado. Hay muchos entrenadores en paro cuyos entornos han mostrado disposición a recalar en el cuadro rojiblanco, que sigue siendo atrayente por su condición de equipo de Primera y la plantilla que maneja. Otra cosa es que las dificultades obliguen a algún traspaso o a operaciones de coste bajo o cero. Todo eso se irá descubriendo. Al Granada le toca empezar de cero, con una nueva permanencia como único objetivo. El reto para quienes estén en su gobierno.
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