El Granada que todos queremos

El resultado no llegó en acciones puntuales o aisladas sino como resultado de un buen fútbol que se gestó tanto por la contundencia defensiva -alcanzada con Insua liderando una zaga donde la presencia de Williams se torna indiscutible- como por el buen hacer de Hongla como medio de cierre y un Gonzalo Villar muy inspirado -es el 'Curro Romero' del plantel, de calidad indiscutible o de actuaciones mustias, según la jornada- y con Sergio Rodelas magnífico en el extremo y Uzuni en su mejor versión de matador.

Fue el Granada que todos añoramos, bien posicionado, seguro atrás y punzante en ataque, que ha descubierto un filón con el alhendinense Rodelas en su banda izquierda. Ofreció sendas asistencias medidas y precisas en los dos primeros goles y no paró de luchar y ayudar a su colega Brau, otro que cuajó un brillante partido y que se afianza en el lateral izquierdo a pasos agigantados.

El partido fue un disfrute para los aficionados locales. Los de Escribá -que leyó el partido con sabiduría y planteó un sistema de juego que, buscando constantemente las espaldas de la adelantada defensa de José Alberto, creó un sinfín de problemas al rival- implantaron un ritmo frenético por el que a su fútbol veloz le acompañó la precisión en los pases y en los controles, con numerosas llegadas de peligro que pudieron, de haber tenido mejor tino los definidores rojiblancos, culminar en una goleada escandalosa. Cuando se juega como ante el líder de Segunda todos parecen mejores, pero es que algunos, como ya pasó con Luca Zidane en Zaragoza, reivindicaron su mayor presencia en el 'once' titular, como Rubén Sánchez y, por supuesto, Rodelas.

El Granada mostró su capacidad para aspirar a lo máximo. Se ha tardado nada menos que dieciocho jornadas para llegar a este punto. Este es el camino, pero no todos los rivales arriesgarán como los racinguistas con una defensa tan adelantada y volverán partidos ante contrarios cerrados evitando las rápidas transiciones que tanto gustan a las puntas granadinistas. La capacidad para ser un equipo camaleónico se torna trascendente para dichos casos.