José Luis Entrala conversa alegremente con Francisco Paco Galindo (izquierda) y Antonio Jiménez Quiles durante la presentación del coleccionable de IDEAL 'Granada deportiva: un siglo de historia'. Juan Ortiz
Opinión

Un abrazo desde Cancún

De rebote ·

La dedicación desinteresada de Entrala al Granada CF nunca podrá encontrar un reconocimiento a la altura

José Quesada

Granada

Miércoles, 8 de mayo 2024, 13:58

No sería justo ni me quedaría a gusto conmigo mismo si esta reflexión semanal no sobrevolara el partido del Pizjuán, esquivara lo estrictamente deportivo y se detuviera en el recuerdo de una de esas personas que hizo grande al Granada CF sin la necesidad de ... patear un balón. Me refiero a D. José Luis Entrala.

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Cualquier persona que consulte su biografía puede comprobar lo valioso del recorrido vital del Sr. Entrala en distintos ámbitos profesionales; todo lo que podría decir al respecto sería nimio. Sin embargo, su dedicación desinteresada al Granada CF nunca podrá encontrar un reconocimiento a la altura. No nos queda más que agradecer su esfuerzo y congratularnos por su legado. No me equivoco si asevero que su labor investigadora y divulgadora es la luz que alumbra el túnel por el que todos los que osamos husmear por la historia granadinista hemos discurrido de una mejor o peor manera.

Han sido muchas las horas que he navegado por hemerotecas y bibliotecas buscando alimentar mi enfermiza curiosidad o en búsqueda de un dato concreto, y en muchas de ellas me he encontrado flotando precisamente entre sus escritos, los cuales me permitían dibujar en mi imaginación a decenas de personajes granadinistas ilustres, únicamente sujetados por sus letras para no caer en el más triste de los olvidos. Por ello no sería justo ahora dejarlo caer a él, porque al Granada lo han hecho grande muchos futbolistas desde el césped, pero también unos pocos 'locos' (tal y como le gusta definir a su buen amigo José Luis Ramos a quienes entendemos al Granada desde una visión histórica) desde el dato o el escrito y entre los que siempre habrá que destacar la pionera labor de D. José Luis Entrala. Esperemos que la reprochada directiva actual esté en esta ocasión a la altura y se le brinde el sábado el homenaje que merece.

Finalizo esta columna con las mismas palabras con las que él cerraba cada uno de los atentos correos electrónicos que me dedicó, en los que siempre consiguió desprender esa calidez humana que todo el que lo conoció en persona presume: «Un abrazo (esta vez eterno) desde Cancún».

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