'Show must go on'

Durante este reciente parón internacional, Olmo y Asensio, lesionados en el primer partido, no pudieron hacerlo en el segundo en Los Cármenes, donde luego además cayó Nico Williams. Los tres serán baja en sus respectivos equipos durante un tiempo. Esa relación generada por el binomio 'días de baja y salario' empieza a ser objeto prioritario de estudio en los clubes. Miserablemente, es lo único que importa en el mundo de los negocios. Nadie preguntará acerca del estado anímico del jugador, o la gravedad de la lesión; simplemente se valorará la magnitud de la pérdida en base a los días que el futbolista no pueda estar disponible para su técnico.

La situación del jugador es la más comprometida en estos casos. Por un lado, no puede negarse a jugar con su selección pues, lógicamente, servir al equipo nacional debe ser algo fuera de comparación. Por otro lado, tampoco puede contradecir a su club, es decir, a su pagador, cuando desde arriba se decide llevar a cabo una exótica gira sobrecargada de amistosos para, así, poder hacer frente a sus estratosféricas nóminas. Courtois, Militao o De Bruyne son ejemplos de bajas de larga duración por esta problemática. Sus clubes, aun así, poseen recursos para sobreponerse. Por el contrario, equipos de perfil bajo como el Granada, que aportan pocos jugadores a sus selecciones pero les son decisivos, no podrían hacer lo mismo ¿Y si Bryan es convocado por la Selección y vuelve lesionado? Paradójicamente, su no convocatoria supuso un alivio, en este sentido, para el club. Desgraciadamente, estas son las reglas del negocio, y el show debe continuar. No se trata de no ir con las selecciones, sino de diseñar un calendario saludable que respete los tiempos de recuperación.