Corro de la Selección femenina en los Juegos de París. EFE
Opinión

Valores olímpicos

Los Juegos van más allá de lo que percibimos hoy día como mero deporte de élite

Jaime Morente

Granada

Miércoles, 31 de julio 2024, 19:22

Como cada cuatro años, el evento deportivo más importante del mundo ha hecho acto de presencia. Los Juegos Olímpicos se encuentran en plena ebullición y, de una forma u otra, dejarán una huella imborrable en la historia.

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Desde sus orígenes, los Juegos Olímpicos han sido ... algo diferente. La corona de laurel conectaba a los campeones de la antigua Grecia con el Olimpo de los dioses como paso a la gloria eterna. En los Juegos modernos, retomados por Coubertain en 1896, las medallas recibieron ese valor. Con todo el respeto al resto de campeonatos internacionales, una medalla ahí es el sueño de todo deportista.

La monopolizada sociedad en la que vivimos nos puede hacer creer que todo deporte debe vivirse de la misma manera que el fútbol, pero no es así. De hecho, quizás sea el único deporte que no es tan reconocido en los Juegos, llegando incluso a ser infravalorado. Y es que este evento va más allá de lo que percibimos hoy día como mero deporte de élite. Afortunadamente, mantiene la esencia de lo que era, 'es' y ojalá siga siendo el deporte como tal. Estamos hablando del vehículo instaurador de valores más potente que conoce la sociedad. Se palpa en el ambiente. La convivencia de los integrantes de la diferentes selecciones con independencia del deporte o del salario que perciban en una villa común, el respeto en la grada y desde la misma hacia árbitros y contendientes o la palpable atmósfera familiar que rodea cualquier contexto que derive de los mismos hace que los Juegos Olímpicos sean una cita única e irrepetible.

Mención especial al amateurismo existente en ciertos deportes que permite que atletas que jamás podrían codearse con algunos de sus vecinos de villa en cuanto a sus condiciones personales sí puedan hacerlo a nivel competitivo. Esa es la magia del olimpismo. De ahí el tremendo orgullo que sentimos de nuestra representación granadina con nuestros admirados María Pérez, David Valero, Ignacio Fontes y Carlos Garach dejando el pabellón bien alto. Grandes.

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