El Granada necesita tirar de épica para salir de la situación en la que se encuentra. Es momento de asumir tan incómodo escenario y centrarse ... únicamente en las cinco jornadas que restan con el horizonte de la salvación al fondo. En llegar a tierra firme después de tan duro naufragio.
El domingo viene el Celta de Vigo, otro enemigo a las puertas que, junto al Elche, está ávido de revancha para ajustar cuentas pendientes con el equipo granadino. Duelos pasados que no olvidan. Resentimientos deportivos que obligan al Granada a fortificar su estrategia cuando se enfrenta a ellos.
En la mitología griega el Ave Fénix resurge de sus cenizas, pero el equipo rojiblanco no ha llegado a generar rescoldos aún. Siente, eso sí, el calor que desprende el fuego del descenso como lo sienten también el Cádiz y el Mallorca.
El vestuario lo sabe y la fuerza del resurgimiento está latente pese a haber sido víctima, desde que se inició la temporada, de un excesivo furor por las innovaciones tácticas y técnicas con soportes digitales, iPads y PCs. «No es nada sencillo entender lo simple», sentenció el escritor estadounidense Eric Hoffer.
Queda demostrado empíricamente que en el centenario juego del fútbol son contados los cambios, y pudiera ser que los jugadores granadinistas necesiten de un mentor que les ayude a superar las secuelas de haber tenido que interpretar tantos conceptos esta temporada.
La semana pasada se estrenó la película 'El hombre del norte', del director Robert Eggers. No he visto el film aún, pero enseguida me ha venido a la cabeza el nombre de Aitor Karanka.
Él no ha llegado del norte para vengar a nadie, como busca el príncipe vikingo en la película de Eggers. Él ha venido únicamente a salvar al Granada. Una empresa propia de héroes de la mitología nórdica. Quizás Karanka lo sea y él no lo sepa. Por qué no.
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