Lucas Boyé protege un balón ante un defensa del Mirandés. Baldomero
Opinión Granada CF

Demasiado respeto

El 'doce' ·

El empate no es una tragedia, pero al Granada le sigue costando un mundo adquirir velocidad de crucero para meterse en los puestos que pueden dar opción a ascenso

Eduardo Zurita

Granada

Domingo, 9 de febrero 2025, 12:49

Empezó el Granada eléctrico en su duelo frente al Mirandés, con una primera fase del primer periodo en la que generó buen fútbol y oportunidades, emergiendo la figura engrandecida de Raúl Fernández como portero –imposible comprender la decisión de su salida del club rojiblanco–, pero ... sin que el acierto ante el marco rival llegara nunca, especialmente en una oportunidad de Lucas Boyé de las que no se pueden perdonar en enfrentamientos nivelados.

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Tras la lesión muscular de Brau –un problemón para los próximos partidos– decayó el dominio local. Villar se empecinó nuevamente en complicarse la existencia con evitables pérdidas de balón que generaron ocasiones al rival. El Mirandés, un equipo bien plantado y trabajado, fue rebajando las expectativas del Granada, equilibrando la posesión y atreviéndose a acercarse a Luca, que se empleó con reflejos en una llegada franca del equipo burgalés y vio antes cómo su palo izquierdo rechazaba un tiro lejano del equipo visitante.

El empate al descanso reflejaba un equilibrio que no iba a acabar rompiéndose en la segunda parte, sin apenas llegadas a las áreas y con menos ocasiones aún. El respeto mutuo de ambas escuadras planeó durante todo el periodo, convirtiendo el partido en una lucha infructuosa en la que parecía más importante no errar para evitar perder que arriesgar para ganar. Aunque la incorporación de Sergio Ruiz sustituyendo a Villar otorgó aliento, mayor tensión y energía al juego del Granada, no fue suficiente para alcanzar la victoria, sobre todo por el apagón continuado que mostraron en la zona delantera jugadores como Boyé y Stoichkov –partido para olvidar de ambos– o las imprecisiones de otros como Tsitaishvili, Rebbach o el propio Rodelas, muy lejos este último de la forma que cercenó su lesión hace más de un mes.

El empate final pareció justo. El resultado es mejor para el Mirandés que para el Granada, que perdió una oportunidad de recortar distancias y de meterse de lleno en la zona de promoción. El equipo de Escribá nota en demasía las faltas de algunos de sus puntales básicos. Sergio Ruiz, renqueante toda la semana, lo es en el centro del campo y Brau, en su banda izquierda, de la que se ausentará posiblemente un periodo estimable de tiempo. Y en la próxima semana faltará por sanción nada menos que Williams en el centro de la defensa, donde con Lama había asentado en los últimos dos partidos la mejor fórmula de la pareja de centrales de la temporada en el Granada.

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El empate no es una tragedia, pero al Granada le sigue costando un mundo adquirir velocidad de crucero para meterse en los puestos que pueden dar opción a ascenso.

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