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Rafael Lamelas
GRANADA
Domingo, 31 de enero 2021, 20:33
Al Granada-Celta le faltó la puntería. Lo intentaron ambos equipos en ataque, pero unas veces la pericia de los porteros, sobre todo la de Rubén Blanco, y otras la ineficacia en la finalización arrojaron al sumidero todas las ocasiones del encuentro. El 0- ... 0 recuerda al de la temporada pasada, aunque aquel tuvo menos actividad en las áreas. También llegó entre dos eliminatorias coperas, pero no parece que eso despistara a los rojiblancos. Los celestes tienen un equipo que se ha refrescado con su actual entrenador y que araña si no se le presta la atención precisa. Funcionaron bien los nazaríes atrás y se desataron en algunos momentos de la segunda parte sobre todo, pero los tantos les fueron esquivos y se tuvieron que conformar con un punto.
Su golazo y el buen partido en Navalcarnero avalaron la titularidad de Fede Vico como enganche, uno de los pocos elementos sorpresivos dentro de una alineación conformada por los que descansaron en Copa o no fueron titulares. Enfrente se dibujó un Celta con las mismas credenciales que el de Balaídos. La personalidad de Coudet, su técnico, ha quedado inoculada en un equipo de juego ágil y posesión abrumadora, que con Iago Aspas, ya recuperado, suele adquirir un perfil mortífero.
Celta
Rui Silva; Foulquier, Domingos Duarte, Vallejo, Carlos Neva; Yangel Herrera, Montoro, Kenedy (Soro, m. 83), Machís; Fede Vico (Antonio Puertas, m. 53); y Luis Suárez (Soldado, m. 67).
0
-
0
Granada
Rubén Blanco; Hugo Mallo, Néstor Araújo, Murillo, Aarón Martín; Renato Tapia, Fran Beltrán (Jordan, m. 60), Brais Méndez, Nolito (Solari, m. 60); Iago Aspas y Santi Mina.
GOLES No hubo.
ÁRBITRO Del Cerro Grande (comité madrileño): Amonestó a los locales Yangel Herrera (m. 12) y Foulquier (m. 44); y a los visitantes Brais Méndez (m. 24), Nolito (m. 39), Iago Aspas (m. 69) y Santi Mina (m. 92).
INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 21 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, sin público en las gradas.
Ante ello, el Granada taponó los pasillos centrales y se animó con una presión de intensidad variable. Los vigueses también apretaban la salida contraria y solo Kenedy era capaz de abrirse hueco con sus requiebros. Desde los tiempos de Brahimi no aterrizaba por Los Cármenes un futbolista con semejante cambio de ritmo y tan imaginativo. Quizás finta algo menos que el argelino, pero el brasileño incorpora una coraza más potente y un gran lanzacohetes en su pierna izquierda.
El Celta encarceló el balón durante gran parte del primer tiempo, aunque con mucho intercambio de cortesía atrás, sin cruzar el bosque. También tiene ligereza si puede contragolpear y en una casi desarma a un Granada que había avanzado para el saque de una falta. Neva desvió el pase de Nolito a Brais y este ya no pudo controlar para amenazar a Rui. Machís, en una recuperación, tampoco se entendió con Luis Suárez. Tan habituado a la acción personal del venezolano, no intuyó que en esa ocasión tocaba que filtrara la bola. Se marchó larga.
Diego Martínez les pedía fortaleza interior, que los intercambios del rival se anudaran. Los gritos en los forcejeos animaron a Del Cerro Grande a sacar amarillas. Se quejaba Suárez del vocerío ajeno, aunque no es el mejor ejemplo de lo contrario. El cafetero se lio en una acción defensiva y casi compromete al resto. Los celestes menearon rápido el esférico y Fran Beltrán apuró a Rui.
Se guarecía el Granada, acantonado a la espera de poder salir al ruedo con garantías. Hostigaba sin destaparse y se mantenía la atención atrás. Kenedy seguía firmando versos sueltos, hermosos y burlones con los oponentes, como un control orientado en un despeje de Rui con el que siguió ganando terreno. El plan rojiblanco se determinaba en la reacción. En una con espacios, Foulquier se incorporó a probar suerte, como en Madrid hace unos días. Le pegó duro al balón y Rubén Blanco lució guantes. Las sensaciones locales mejoraban, aunque Brais Méndez cortó el aire en un saque lateral que llegó a botar sin remate en los aposentos de Rui.
El primer gran susto celeste de la segunda parte nació en la derecha, con Aspas flotando para generar inestabilidad. Hugo Mallo penetró con la antorcha en la mano y metió un pase crudo hacia Nolito. A quemarropa, el gaditano chutó y Domingos puso su efigie como obstáculo, con los brazos escondidos. Salvó a su compatriota Rui de un buen apuro. Aspas, apagado en el arranque, bien detectado por Neva, empezaba a medrar por los espacios que hacen pupa. El Granada seguía directo y con prisas en ataque. En una aproximación, Kenedy cargó la barra en exceso y se le frustró la intentona.
Puertas asumió la mediapunta en la que Vico trabajó pero no tuvo la actividad esperada. Foulquier le cogió el gusto a sumarse a las embestidas y de nuevo puso en un compromiso a Blanco tras una dejada de Suárez. En la salva de córners que siguieron, el Granada estuvo astuto para buscar a Kenedy en la corona pero Del Cerro, más atento a las persecuciones de área que a la pelota, le obstaculizó lo justo para que no golpeara con decisión.
El Granada ya iba a machete y Machís sacó el látigo por fin, pero el portero gallego continuó inspirado, con un brinco a mano cambiada. El partido se iba escapando del control férreo de la táctica porque ambos contendientes querían la victoria. Soldado heredó el ariete de Suárez, pero el que percutía sin cesar era Kenedy. Con una falta suya de efecto desconcertante al rozar en la barrera, Rubén Blanco se tuvo que hacer de chicle para interrumpir el rumbo hacia el gol.
Los dos equipos se descamisaban, con un caos que provocó varios meneos en las áreas, con cargas de un lado a otro. Lo intentó Mallo, émulo de Foulquier. Lo extraño era que prosiguiera el 0-0. Aspas se salió de la vereda para irrumpir por la izquierda y Rui salió tarde al costado, pero Vallejo, muy meticuloso, le hizo una cobertura oportuna. Mientras, la mecha de Kenedy pareció agotarse y Diego reclamó a Soro para el último repecho, pero tampoco cedió la resistencia. De hecho, el Granada se vio obligado a tapar algún fuego en ese tramo. Sin goles se clausuró el encuentro, con la valorada portería a cero pero sin vislumbrar la diana.
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