Aficiones hermanadas. Pepe Marín
Desde la grada

Una pasión de hermanos y hermanados

Ambiente ·

Reencuentro de Daniel Olvera, un granadino afincado en Canarias, con su familia, dentro de la gran relación entre hinchadas

Sábado, 19 de octubre 2024, 22:44

Daniel mantuvo la duda hasta última hora. Después de varias semanas sin pisar Granada, por fin le tocaba retornar desde su otra tierra. En casa le esperaba su madre, aquella que lo vio partir hacia Gran Canaria hace más de 30 años. Entonces tan solo ... era un joven granadino que marchaba por trabajo a una isla desconocida. Un lugar que se acabó convirtiendo en su hogar, aunque después de colorearlo de rojiblanco.

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Este chico se hizo adulto y decidió fundar la peña 'Los Canariones' junto a un puñado de amigos de la isla. Algunos granadinos, otros foráneos. «Somos 27 miembros y hay más gente de fuera que de Granada. Por Gran Canaria se ven ahora chavales con la camiseta por Saiko, así que todo vale», bromeó Daniel Olvera junto a otros compañeros de peña que conoce bien.

Tras reencontrarse con su madre, sus tres hermanos le aguardaban en Los Cármenes. «No sabía si venir al partido porque quería estar con la familia, pero le hemos animado porque nosotros veníamos y aquí está. Viene a vernos una vez al mes y lo que nos une después de tanto tiempo fuera es el Granada», comentó Gabriel Olvera que, junto a Aurelio y Pedro, completan la saga familiar.

Camisetas rosas contra el cáncer de mama, la familia Olvera y el futuro rojiblanco.

Todos forman parte de 'Los Canariones', aunque dos sí residen en la capital y el otro en Vélez-Málaga. «En la peña hay un uruguayo, dos paraguayos, una noruega... Se apuntan a la fiesta porque Daniel las sabe montar muy bien, tiene labia con la gente», confesó Aurelio. «Estoy feliz porque aunque se echa de menos la tierra de uno, vivo en un paraíso», sentenció el gran 'canarión' antes de marcharse los cuatro a su localidad junto al pequeño Mateo, su sobrino. Otro Olvera para prolongar el legado.

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Otro paraíso fue el que se vivió en la previa del choque. Los aledaños se convirtieron en una gran convivencia entre granadinistas y chicharreros en la 'fan zone'. El club organizó actividades y juegos para los más pequeños, que disfrutaron antes de entrar al estadio mientras sus papás saciaban el hambre –y la sed– en una de las barras instaladas, aunque los aficionados más clásicos siguen prefiriendo las barras de toda la vida.

Ejemplo de ello fueron Cristóbal y David. El primero con la bufanda blanquiazul, el segundo con la rojiblanca, pero juntos compartiendo tapas y cañas. «No nos conocemos, pero nos hemos encontrado, hemos empezado a hablar de fútbol y nos hemos caído bien. La gente aquí nos trata genial», reconoció el tinerfeño venido desde La Laguna.

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Una imagen similar reflejaron ambas federaciones de peñas, que intercambiaron bufandas en la oficina del 'G19'. «Esto es el fútbol», coincidieron. Toda la razón.

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