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Fran Rodríguez
Granada
Jueves, 12 de noviembre 2020, 01:11
La de San Sebastián este pasado domingo no es la primera ocasión en la que el Granada incurre, a sabiendas o no, en alineación indebida. Hay que remontarse 29 años en el tiempo para toparse con un precedente del que haya quedado constancia. El ... club sobrevivía en Segunda B entre fracaso y fracaso a la hora de asaltar el tren de la división de plata. El 3 de noviembre de 1991, el Granada recibía al Recreativo de Huelva y ganaba por un solitario tanto de Ángel Gabriel Padial. Un gol que llenó de orgullo a los granadinistas porque el defensa era un paisano, era de Nívar. Sin embargo, la alegría del gol se tornó trampa días más tarde.
Resulta que el jugador tenía una ficha amateur con el filial y contaba con 23 años. Las normas de la competición eran cristalinas. No podía jugar con el primer equipo al no contar con ficha para ello. No habría pasado nada si el canterano hubiese contado con 21 años o menos. La directiva del 'Decano', alertada y con el acta de su parte, decidió denunciar alineación indebida al Comité de Competición. Pretendían los onubenses que el partido se les diera por ganado, sin embargo la justicia entendió que el Granada lo había hecho sin intención de beneficiarse, literalmente , 'sin mala fe'. Así, la decisión fue salomónica: repetir el encuentro. Se jugó el 18 de diciembre, más de un mes después, y los onubenses rascaron un punto (1-1).
No es el único precedente de denuncia en contra, aunque esta segunda que aconteció en 1993 no prosperó. El Granada recibía al Polideportivo Ejido en Los Cármenes. Un 'hat-trick' de José Luis Vara redondeó una tarde en la que los rojiblancos fueron muy superiores sobre el verde. El partido acabó con 4-1 y en el minuto 81, Nando Yosu hizo saltar al campo a Manolín Redondo, un canterano de Montejícar que puso en peligro la victoria con esos nueve minutos sobre el terreno de juego. El club ejidense quiso ganar en los despachos, alegando que la participación de Redondo había sido ilegal, pues no contaba con ficha para disputar esa competición. El joven pertenecía al filial y el Comité de Competición no vio nada punible. Eso sí, fueron sus únicos minutos esa campaña.
También el Granada ha alzado su voz contra lo que, en su día, vio como una alineación ilegal. Fue en 2011, el curso en el que los de Fabri González se hicieron con el ascenso a Primera. El cuadro rojiblanco cayó goleado (4-0) en el Mini Estadi ante un Barcelona B pletórico y con una gris labor del colegiado Prieto Iglesias. Al término del encuentro, habiendo jugado Jonathan Dos Santos, el Granada expresó su decisión de impugnar el encuentro por alineación indebida del mexicano. Este había sido expulsado la jornada anterior con el filial culé ante el Alcorcón.
Y es cierto que la siguiente semana no jugó con el filial, pero porque fue llamado por Guardiola para el primer equipo. Desde el bando rojiblanco se entendía que el jugador aún no había cumplido sanción al disputar un partido de LaLiga y que ante ellos no debió jugar. El Comité de Competición desestimó la reclamación nazarí, pues «no se prohíbe la participación de un jugador suspendido por acumulación de amonestaciones en una competición en un encuentro de una competición diferente a aquella en la que sufrió la sanción».
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