Quina, de estar en la mesa del Barça a visitar el Camp Nou como un rival sin protagonismo

Domingos Quina pisará por fin el Camp Nou, aunque seguro que no lo hará como había soñado que lo haría hace apenas tres veranos. No lo hará como aclamada joya del vestuario culé, sino como parte de una expedición nazarí en la que su protagonismo ha resultado fugaz. Tras aquellos dos golazos desde fuera del área, uno en Huesca y otro en casa, la participación del luso en el cuadro de Diego Martínez ha caído en picado. Sus últimos minutos fueron en Mestalla. Desde entonces, acumula cuatro partidos sin jugar nada.

Así, pasando desapercibido en el conjunto rojiblanco, aterrizará en la Ciudad Condal un futbolista que sonó allí con fuerza en 2018. La secretaría técnica del Barça contaba con muy buenos informes de ese mediapunta talentoso que se había coronado con las inferiores de Portugal y tanto daba que hablar en el West Ham. Una vez anunciado por su entorno que su futuro no pasaba por ese club londinense, comenzó la puja por hacerse con Quina. Casi toda la Premier League suspiró por un futbolista por el que también preguntaron Barça y Real Madrid.

Aunque en los medios catalanes se mantenía que los culés eran su mejor opción, Quina decidió quedarse en Inglaterra y firmar por el Watford, que le aseguraba más protagonismo. Su hermano le aconsejó ese movimiento, el paso natural antes de tomar un tren superior. Ese que, probablemente, nunca vuelva a pasar.