El Granada se puso las chanclas en Vallecas, con esa depresión que solo cura unas buenas vacaciones. Le partió un Rayo que actuó con uno menos durante 85 minutos por la expulsión de Trejo, pero ni con esas salieron los rojiblancos de la apatía. El ... vestuario nazarí no está ya para muchos traqueteos, ni con futbolistas llamados a reivindicarse. Es un equipo esparrin, a ratos un pelele. El descenso está asumido, pero quedaba por ver si habría un juego desinhibido en estas últimas jornadas o la inercia típica del currante quemado que solo espera, con la cabeza agachada, al refresco y el chiringuito, embadurnado de crema solar. Pues esto será, aunque es de suponer que en la despedida de su afición en Los Cármenes, el próximo domingo, muestre mayor decoro.
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Antonio Sánchez
Lo único estimulante de la visita a Vallecas apareció en el último cuarto de hora, con el debut del canterano Rodelas, con más ganas que el resto juntos. Mostró personalidad, clase y rapidez, como si lucir el '26' que dejó vacante Byran desde su fuga le insuflara un plus en el extremo, aunque Chiqui, como se le apoda, labrará su propio camino en rojiblanco.
Rayo Vallecano
Dimitrievski; Balliu, Mumin, Lejeune, Espino; Óscar Valentín (Pathé Ciss, m. 78), Unai López (Miguel Crespo, m. 46), Isi (Nteka, m. 88), Álvaro García (Kike Pérez, m. 88); Trejo y Camello (De Frutos, m. 65).
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Granada
Marc Martínez; Ricard Sánchez, Miguel Rubio, Raúl Torrente (Rodelas, m. 73), Carlos Neva; Sergio Ruiz (Arezo, m. 60), Gumbau, Pellistri, Corbeanu (José Callejón, m. 46); Melendo (Gonzalo Villar, m. 46); y Lucas Boyé.
GOLES: 1-0, m. 23: Lejeune; 2-0, m. 80: De Frutos; 2-1, m. 89: Boyé.
ÁRBITRO: Díaz de Mera Escuderos (comité castellano manchego). Expulsó con roja directa a Trejo (m. 5). Amonestó a los locales Unai López (m. 31), Espino (m. 57), Nteka (m. 92) y Falcao (m. 95); y a los visitantes Corbeanu (m. 42), José Callejón (m. 83) y Carlos Neva (m. 89).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 36 de LaLiga EA Sports, disputado en el estadio de Vallecas ante 12.738 espectadores.
Fue una alineación de escaparate para jornaleros de los entrenamientos. Marc Martínez bajo palos, que se comió el primero y tuvo mala suerte en el segundo, pero salpicó su actuación de algunas buenas paradas. Torrente anduvo por la defensa, quizás en los últimos minutos de rojiblanco del canterano porque acaba contrato, sin recordar al de su irrupción. Corbeanu se manejó en el carril que deja el lesionado Józwiak, aunque con menos ritmo y sangre que el polaco, superado en casi todos los aspectos hasta su relevo. Arriba, Melendo volviendo a la mediapunta, como con Karanka, pero más perdido que el barco del arroz.
Estaba tan destensado el Granada que ni le benefició la expulsión de Trejo, casi sin desembalar el partido. Estiró la pierna como un karateca para atrapar un balón, pero a la altura por la que pasó Rubio con la cabeza para despejar. El árbitro cobró amarilla, pero el central nazarí mostró la sangre tras la oreja y Díaz de Mera empezó a pestañear de manera compulsiva. Del tic pasó al VAR, donde Prieto Iglesias le explicó que Vallecas no era un octógono de la UFC. Expulsión para el mediapunta argentino, que ni acusó el Rayo. Isi se multiplicó y lo demás lo trajo una actitud más decidida de los anfitriones frente al peor visitante de las cinco grandes ligas, el único título que levantará este curso el Granada.
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Ya tras quedarse con uno menos, el Rayo llegó como una flecha tras una pérdida de Corbeanu. Álvaro García buscó a Camello, pero Gumbau racheó para evitar la acción. El Granada lo fiaba todo en buscar a Pellistri, con algunos centros interesantes mal rematados por los suyos, muy solo en sus intentonas. La mejor oportunidad fue de Miguel Rubio a la salida de un córner, pero no enroscó bien el cuello. Esto lo explica todo.
Por momentos, parecía que eran los nazaríes los que añoraban a un jugador en sus filas. El Rayo dominaba, el Rayo se desplegaba. El Granada salía con pereza. Se mascaba el golpe en el mentón de los anfitriones y llegó en un saque de esquina. Isi sacó y Corbeanu despejó, pero le volvió al calvo genial para que enganchara un tiro traicionero que se le escabulló a Marc Martínez al echarse abajo. Rubio quiso alejar el peligro, pero rozó al meta en el intento, flotando el esférico hasta Lejeune, al que le salió una volea ortopédica, con Marc, ya de pie, clavado en el verde, viendo la trayectoria funesta.
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El portero se lamentaba y quizás Raúl Fernández acariciaba a su perro en casa, el 'Zamora' marginado por no irse en enero. El Rayo siguió a lo suyo, centelleando cuando podía, pero Marc evitó un intento de Isi, que parecía haber tomado las vitaminas de Rousselle, otro pelón con brío, pero en el baloncesto. El Granada equilibró un poco la posesión del balón hasta el descanso, pero sin profundidad alguna, aturullado en la circulación.
La decadencia invitó a Sandoval a introducir dos cambios. Eliminó a Corbeanu y Melendo, ambos dispersos, para meter a Gonzalo Villar y José Callejón, pero todo siguió bajo el gobierno caciquil de Isi. El Granada probó fortuna de lejos, pero nada alteraba a Dimistrievski. El Rayo no solo aterrizaba con más frecuencia en el prado de Marc, sino que le metía en algún lío.
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Sandoval se inclinó por Arezo, que está a punto de completar una vuelta entera sin oler la red después de que se le cayeran los goles del bolsillo en su país. Tampoco mejoró nada.
Se intuía una segunda consecución del Rayo, pero Álvaro -lo que pudo ser y no fue en su día de rojiblanco- no culminó un eslalon desde el centro del campo.
Sandoval animó la tarde propiciando el debut de Rodelas, la nueva gran esperanza del filial. En su primer contacto, forzó una falta de Isi. En el segundo, intentó paterar a puerta. En el tercero, una arrancada con mucho descaro. Más tarde, un culebreo por la derecha para dejar una asistencia perfecta a Boyé, con espuela elegante del argentino en la culminación.
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Pero antes de esta maravilla había caído el segundo gol del Rayo, en una aparición de De Frutos con rebote afortunado en Marc Martínez en la salida. Convocaron al árbitro al monitor por posible juego peligroso previo a Arezo, pero en este caso Díaz de Mera desestimó el consejo.
Boyé puso el 2-1, pero no hubo demasiada inquietud. Es más, pudo marcar Nteka, pero detuvo Marc. El Rayo acercó su salvación ante un decadente Granada en el que la iluminación nació en Alhendín, procedente del filial. Ha llegado Rodelas tirando la puerta abajo. Conviene que esté más tiempo que Samu y Bryan. Lo que faltaría es que no lo ataran en corto, visto lo visto.
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