Los futbolistas del Granada atienden a una indicación de Robert Moreno. PEPE MARÍN

Razón y emoción

El 'doce' ·

El tiempo dirá si algunos jugadores entraron en declive o si los nuevos inquilinos del banquillo son capaces de mantener el gran legado heredado

EDUARDO ZURITA

GRANADA

Miércoles, 8 de septiembre 2021, 01:11

Los periodos tras épocas de éxitos son siempre difíciles en el fútbol. Tras la era prodigiosa de la selección absoluta entre 2008 y 2012, con ... dos Copas de Europa y un Mundial, devino un declive en las prestaciones de aquel gran grupo de jugadores. El Mundial de Brasil fue un fiasco donde se demostró no ser posible continuar con el bloque que había llevado a la cima al fútbol español. La Eurocopa de Francia y el Mundial de Rusia, ya en transición hacia una nueva escuadra aún con ciertos jugadores de la época dorada, supusieron sendas frustraciones. Aún hoy la 'Roja' busca su rumbo con altibajos evidentes y lejos de aquella etapa maravillosa.

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Con Diego Martínez y buena parte del actual plantel, el Granada llegó a los mejores resultados de su historia. Hace dos temporadas se culminó una clasificación inopinada a Europa, con una séptima posición y una puntuación de ensueño. El curso pasado, de gran desempeño en Europa, supuso una caída en el rendimiento liguero, sin opción de optar a la competición continental, aunque la escuadra estuvo siempre en la mitad superior privilegiada de la clasificación.

Presumido por algunos el desmantelamiento de la plantilla tras la renuncia del vigués a continuar en el banquillo rojiblanco, cerrada la ventana de fichajes del mercado, solo se han producido dos salidas de elementos troncales, ambas por voluntad de los jugadores de cambiar de aires, caso de Soldado y Foulquier. Rui ya había decidido su marcha al no producirse su renovación, y los cedidos Yangel y Kenedy no retornaron por ajustes económicos. Se ha mantenido gran parte de la plantilla de la pasada temporada, añadidos elementos con calidad y experiencia –Bacca, Rochina, Arias y Escudero–, y promesas a futuro de interés –Monchu, Abram y Maximiano–. Pero en el fútbol no basta la lógica: una alineación donde participaban diez jugadores fraguados en el éxito no impidió el batacazo de Vallecas. El tiempo dirá si algunos jugadores entraron en declive o si los nuevos inquilinos del banquillo son capaces de mantener el gran legado heredado.

No todo fue maravilloso en la época de Diego Martínez («Nadie es perfecto», magnífica frase final del film de Billy Wilder 'Con faldas y a lo loco'). Pero no es aconsejable rememorar los escasos oscuros de un pasado reciente lleno de luces. Aunque se haya mantenido desde la razón el cuerpo del plantel, hay que sostener la unión y, sobre todo, alimentar la emoción, que llevaron al grupo a grandes logros. En la transmisión del sentimiento rojiblanco a jugadores y afición, El 'chamán' era maestro. Muchos niños y jóvenes así lo entendieron, eligiendo, tras sus arengas, la rojiblanca horizontal frente a otras zamarras más exitosas.

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