Las plataformas audiovisuales están plagadas de series que elucubran sobre futuros diferentes, generalmente peores de lo esperable. Arrancan en momentos en los que se experimentan giros inesperados que contradicen la realidad en la que vivimos y acarrean consecuencias sorprendentes. Qué pasaría mañana si algunos asuntos ... se hubieran resuelto de otra forma. Nunca sabremos, por ejemplo, cómo habría afectado que el Granada se quedara estancado en Segunda en lugar de subir directo tras un curso que se intuía complicado. De la misma manera, tampoco conoceremos qué plantilla se habría confeccionado sin la merma del tope salarial de este verano derivada del caso Ramos. ¿O sí?
Uno de los movimientos que el club tenía subrayado en la planificación incluía a un exrojiblanco que milita en el Levante. Rubén Rochina valoró la idea de un regreso a la ciudad en la que fue ídolo. Los granotas coquetearon con el descenso la temporada pasada y esto puso en la encrucijada al futbolista, muy ligado aún a Granada, donde entre otras cosas conserva una casa -que en la actualidad tiene alquilada Soldado-.
El Levante aguantó en Primera y Rochina desoyó ofertas para continuar en su tierra. Fue, en su momento, una operación de traspaso tremenda para las arcas rojiblancas, pero ha traído cola. El club difundió, por aquel entonces, que el mediapunta se iba al Rubin Kazán por su cláusula de rescisión, que era de 10 millones, aunque al final la nueva dirección –con Piru ya al frente– pactó su salida por 8,5. El jugador tenía un porcentaje de su traspaso, al igual que su equipo anterior, el Blackburn Rovers. Nunca quedó claro si al menos Rochina perdonó parte de lo que le correspondía. Luego llegaron los impagos del equipo ruso, con el que todavía pleitea el Granada para recuperar la mayor parte de lo establecido. De hecho, Monterrubio desveló en el almuerzo de Navidad que había obtenido una nueva victoria judicial al respecto que ha mejorado los ingresos para el mercado de invierno.
En As, el director general contó que el otro frente abierto con un exfutbolista, el de 'Tin' Angulo –que dio positivo por cocaína en un control anterior a su llegada a los rojiblancos–, va algo peor. El coste de la reclamación por el traspaso por parte del Independiente del Valle, su escuadra de procedencia, podría ajustarse a un millón de euros, bastante menos de los cuatro que se fijaron en su día y que estuvieron inmovilizados. Cantidades que la cúpula ha ido pudiendo dedicar a gastos.
Rochina podría haber venido con otro escenario, de la misma manera que el Granada habría afrontado otras inversiones con lo que perdió por Ramos. Con el paso del tiempo van surgiendo nombres que fueron tentados en verano, gestiones que no llegaron a puerto. Ahí está el de Luis Milla, por el que el Tenerife exigió su cláusula completa, cinco 'kilos'. También había previstas varias salidas. Neyder Lozano, lesionado desde pretemporada, fue un refuerzo del que se meditó su cesión antes de su fractura de tibia.
Ocurrió algo parecido con Ramón Azeez, aunque el nigeriano se ganó la confianza durante la preparación estival. Otro en el escaparate era el propio Adrián Ramos, como sucedía con Rodri Ríos. Pero el colombiano denunció por el dinero que John Jiang le debía y trastocó el panorama. Ahora se intuye su salida al acabar contrato a final de mes, pero Monterrubio, en la misma entrevista citada, insiste en que puede seguir. Esto, más que un futuro alternativo, utópico o distópico, asoma como una quimera.
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