Fracaso es una palabra complicada de digerir en el fútbol (que se lo digan a Luis Enrique), pero solo asumiendo un término tan contundente se percibirá un afán de mejora por parte de los representantes de la propiedad del Granada, a la que le ha ... durado el retorno a la élite menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Tres descensos en ocho campañas suponen algo tan profundo como para dejar conclusiones en Shanghái. Sophia Yang, la actual presidenta, hizo propósito de enmienda en la carta enviada a los aficionados rojiblancos justo tras la victoria del Mallorca que envió matemáticamente a los nazaríes a Segunda división, pero es a partir de ahora cuando se comprobará si la misiva es una mera retahíla de frases vacías o si en verdad es el inicio de una etapa más coherente, sin injerencias, con independencia de los avatares del propio deporte. Para empezar, ya es una novedad querer estabilizar a la actual directiva a pesar de lo ocurrido, aunque choque con el sentir de parte de la masa social, que se había habituado a que rodaran cabezas (metafóricamente) en cada debacle así. El tiempo dirá si la estabilidad da sus frutos.
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Yang no puede escurrir el bulto porque tiene experiencia en hundimientos. Ya estaba en el club en la temporada 16/17. Se puede recordar en Linkedin; constata que era directora de auditoría y control interno desde mayo del 17. Parecía una función gregaria, sin influencia en lo nuclear. Al parecer, no sintonizó con Antonio Fernández Monterrubio, director general que captó el entonces presidente, John Jiang, para afrontar el reto en Segunda. Sophia Yang desapareció de la órbita del Granada hasta el 15 de septiembre de 2020, en aquella revolución del consejo de administración que elevó a un desconocido Rentao Yi a máximo mandatario y relegó a John Jiang, del que no se supo más.
Yang fue nombrada consejera aunque su función era la de directora de la junta directiva. Llegaba a un Granada en el apogeo de su historia, que unos días después superaba al Malmö y se metía en la fase de grupos de la Europa League. Sin embargo, con Yang empezó un giro copernicano. Trajo a Patricia Rodríguez y orilló hasta despedirlo a Monterrubio. El éxito conquistado se consideraba patrimonio exclusivo del entrenador, Diego Martínez, pero ni una ni otra lograron convencer al gallego para renovar, pues entre otras cosas este percibía que no había posibilidad de sostenimiento tras la resaca europea. El club, bajo esta óptica, estaba en unos niveles económicos inasumibles a futuro.
El argumento se debilitó con todo lo que sucedió después, cuando se dilapidaron muchos millones de euros y el equipo terminó en la 'división de plata'. La apuesta por Robert Moreno no funcionó. Pep Boada, incorporado como director deportivo, tampoco cuajó y se encontró a Moreno ya contratado, en una de esas incongruencias tan frecuentes en los últimos años. Fue un curso de muchos tumbos hasta caer en aquella tarde amarga con el Espanyol.
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Yang dio un paso adelante y se erigió en presidenta. Ofreció una rueda de prensa con la nueva cúpula de mando porque, una vez más, la propiedad hizo limpia, aunque extendiera el crédito del último preparador, Aitor Karanka. Se lo encontraron a medio atar Alfredo García Amado y Nico Rodríguez. Como era de esperar si venían resultados anómalos, chocaron porque no era su elección real y Karanka cayó durante el ejercicio.
Apareció Paco López y, tras un mercado de invierno infructuoso, irrumpió Bryan y metió goles Uzuni. El Granada subió como campeón y todo era alegría, pero desde la celebración se encadenaron una serie de medidas equivocadas, a cual peor. Está todo repasado. Es un recuerdo latente.
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Ahora se traslada sosiego en medio de la tempestad. Un trabajo de meses porque, aunque no se pregonara, Matteo Tognozzi, actual director deportivo, ya llevaba desde antes del mercado invernal bajo la perspectiva de que el Granada podría acabar en Segunda y tocaría rearmarse. En el camino, maniobras extravagantes, como la llegada de un Alexander Medina del que quedan dudas sobre quiénes fueron sus valedores. El caso es que todos lo asumieron, así que les toca apechugar con el fallo mayúsculo de su incorporación.
Como anticipó Amado, la elección del entrenador será clave del futuro proyecto. Con ello, qué futbolistas llegarán, cuáles seguirán y quiénes se irán. El movimiento se demuestra andando, aunque se espera que la presidenta vuelva a hablar pronto y reflexione. Lo de aprender está por comprobar.
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