Salvados por el 'Trigote'

Obligado a cambiar muchas cosas, entre la derrota en Cádiz y las marchas de Giorgi Tsitaishvili y Martin Hongla con sus selecciones, Escribá decidió innovar al punto de quebrar su hasta ahora prácticamente inamovible 4-4-2 por un sistema con tres centrocampistas para emular lo que intuía que haría el Oviedo. La viabilidad de la idea pasaba sí o sí por Trigueros, estuviera como estuviera, cuatro meses después de su última titularidad en Liga por la visita triunfal al Sporting en El Molinón también sin el camerunés.

Echado a la derecha de Sergio Ruiz como pivote, con Gonzalo Villar a la izquierda, a Trigueros le tocó remangarse para paliar las triangulaciones que por ahí tramaba el Oviedo en torno a Portillo sobre todo. Al veterano le tocaba andarse pendiente además de los excesos de su compañero murciano, que sigue a su bola. Los rojiblancos se echaban a temblar cuando intervenía también Ilyas Chaira, con voluntariosos esfuerzos de Stoichkov desde arriba para correr hacia atrás aunque no le diera para mucho. Por suerte, Rubén Sánchez parecía bastarse solo.

Poco prometió el primer contacto con el balón de Trigueros, un control impreciso la que siguió un vacilante pase hacia atrás no exento de intriga ante la presión del poderoso Alemao. Tampoco es que rascara mucha bola después, más allá de encargarse de botar la estrategia, y cuando más intervino fue en acciones con el juego detenido y para rascar algunos segundos al reloj echando la pelota al lado contrario de donde debía reanudarse la acción. Sí robó una antes del descanso que le permitió probar a puerta, pero su tiro fue defectuoso, como si le hubiera dado con los dos pies al estilo del ya inolvidable penalti de Julián Álvarez para el Atlético.

A su manera, y sobre todo a su ritmo, Trigueros pareció ir sintiéndose cada vez más cómodo. Incluso se atrevió a tirar una 'croqueta' en las inmediaciones del área propia como si anduviera por su salón. Crecido, también trató de darle un pase de gol a Stoichkov tras una pared con Villar, pero el gaditano prefirió buscar a Boyé como Boyé prefiere muchas veces buscarle a él o a quien sea que tenga al lado. El caso es que consiguió dormir el partido cuando lo vio conveniente, y tampoco le faltaron piernas para correr tras un chavea como Cardero que entró como revulsivo en el Oviedo, lanzándose a ras de césped en hasta dos ocasiones con aplausos como reconocimiento.

El Granada no terminaba de cerrar el partido y Trigueros asistió a un latigazo del temible Hassan desde la frontal que no se coló en la portería de Mariño por poco. Ricard Sánchez vino a echarle un cable al entrar por Stoichkov, aunque parte de la afición no le perdone aún su autoexpulsión en Huesca, pero el mediocentro siguió achicando agua hasta en labores de central ante su portero. El veterano centrocampista 'ex' del Villarreal tuvo bien merecida la ovación con la que Los Cármenes le despidió. Quizás el 'Trigote' haya llegado para quedarse.