Jueves, 3 de noviembre 2022, 23:42
Roberto Soldado regresó a Los Cármenes. Muchas de las miradas se centraban en él, tras rumorearse su vuelta al Granada un año después de su salida. Finalmente no se dio y el valenciano visitó a los nazaríes con el Levante un año más. El delantero ... no fue titular, pero saltó en el descanso para relevar a un Bouldini impreciso que había estado coqueteando con la expulsión por doble amarilla.
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Con Soldado sobre el campo, el carácter del Levante cambió. El delantero imprimió intensidad a los granotas. Batalló cada balón con Neva y, especialmente, con un Ignasi Miquel al que buscó las cosquillas. Inteligente, el '9' se emparejó con el central amonestado para buscarle la expulsión. En un lance donde el árbitro señaló falta de Miquel, Soldado fue el primero en acosar al trencilla pidiéndole la segunda amarilla. Finalmente el que la vio fue el delantero por un manotazo al propio Miquel.
Al margen de ese otro fútbol, el valenciano estuvo buscando hacer daño con balón en cada jugada en la que participó. Puso un buen centro tenso y duro al segundo palo al que no llegó ningún compañero. Las ganas de anotar se le vieron en un disparo lejanísimo que pasó por encima del larguero de Raúl Fernández. Tanto antes como después del partido se le vio abrazar y charlar cariñosamente con los rojiblancos, sobre todo con amigos como Quini, Víctor Díaz o Neva. También se acercó tras el pitido final a la grada de animación y regaló su camiseta a un aficionado rojiblanco.
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