Los guajes tiran de orgullo para poder evitar la debacle

El punto sumado con uno menos en Las Palmas es el fiel reflejo de un equipo al que todo le sale cruz, pero que tiene en su inquebrantable espíritu de lucha y la magia de sus jóvenes, los ingredientes perfectos para salvarse y pasar página a un mal curso.

Miguel Ángel Ramírez es el encargado de sacar del hoyo (o más bien no dejar que caiga en este) a un Sporting que tiene potencial para mucho más, pero que con Abelardo perdió confianza.

La situación deportiva no invitaba a unirse al Sporting, pero José Marsá reforzó la zaga. En portería salió el eterno Mariño.

No es momento para dudar en el área propia, por lo que el Sporting ha encontrado cierto consuelo defensivo en la experiencia del exbostero Carlos Izquierdoz, toda una amenaza en el balón parado, y el portero Cuéllar. El 'Pichu' ha quedado como titular tras la marcha de Diego Mariño y está completando un curso, como siempre, irregular.

En cuanto a la muralla defensiva que coloca Ramírez, cabe destacar las ausencias, con Izquierdoz, Marsá e Insua sancionados. Habrá que ver qué inventa o en quién confía el técnico, si en Diego Sánchez o Cote en la siniestra y la seguridad de Rosas en derecha.

En el centro espera minutos una pareja poco solvente como Bruno y Pola. Deben dar la cara en un momento crítico ante tanta ausencia.

En el ataque están los sportinguistas en una situación similar. Sin Djuka en punta y con el joven Queipo tocado, falta quien asuma los galones del gol en un equipo demasiado dependiente de Djuka. El que ha alzado la voz tímidamente ha sido Cristo, con cinco goles en Liga esta campaña. Otero, Aitor García y Pedro Díaz parecen fijos en la triple mediapunta asturiana. Y Cristo debe partir en punta. Jeraldino y Milovanovic no parecen aportar lo que se esperaba de ellos por ahora.