Vadillo apura para un primer reencuentro por su cumpleaños

El exrojiblanco atraviesa unos años aciagos desde que dejase el Granada, donde vivió las que probablemente fueran las dos mejores temporadas de su carrera al disputar 66 partidos, con más de 4.400 minutos entre ellos, siete goles y hasta doce asistencias, con una regularidad inédita en su carrera hasta entonces por las lesiones. Fue una pieza clave para Diego Martínez en el último ascenso del equipo y luego, en Primera, también tuvo su protagonismo hasta que Darwin Machís terminó por hacerse con su sitio. Esa falta de relevancia provocó que, en pleno parón competitivo por el confinamiento, se hiciera público su acuerdo con el Celta de Vigo al declinar la oferta del club para renovar el contrato que expiraba en junio. Ya no volvió a tener un solo minuto durante los partidos en los que se consiguió la clasificación europea.

Hizo la pretemporada con el Celta ese verano pero no convenció y, sin llegar a debutar, acabó cedido el último día de mercado en el Espanyol, en Segunda división. Allí jugó catorce partidos, sin goles ni asistencias y sin convencer tampoco, pero el ascenso del conjunto perico activó una cláusula de compra obligatoria por cerca de dos millones de euros incluida por los gallegos en aquella negociación exprés. Se quedó en el equipo en Primera, pero solo jugó escasos minutos en tres encuentros y se marchó cedido al Málaga en invierno de vuelta a Segunda. Disfrutó algo más esos meses, con once titularidades en diecisiete partidos y tres goles y dos asistencias, pero el Espanyol volvió a mandarlo prestado este pasado verano, esta vez al Eibar.

Álvaro Vadillo busca esta temporada el quinto ascenso a Primera en su carrera, tras los conseguidos con Betis (2015), Huesca (2018), Granada (2019) y Espanyol (2021). De momento, es el único jugador de campo del Eibar por debutar debido a su lesión. Todo apunta a que tampoco podrá hacerlo con el Granada, al margen de sus compañeros aún pese a que ya el miércoles jugó algunos minutos en un partidillo, pero querrá soplar las velas.