La versión más ofensiva de Ingason causa sensación en Los Cármenes

Seguramente Luis Suárez se las prometía más felices al quedar emparejado con un central islandés del que la afición rojiblanca no esperaba demasiado, pero Ingason se esforzó en secar al colombiano y lo consiguió con la inestimable ayuda de su socio Fernando Varela. Al jugador 'vikingo' del PAOK Salónica se ve que no le falla la memoria y ayer recordó que en su día 'la maldición de los exs' privó al Granada de muchas alegrías. Ayer Ingason quiso mutar, reivindicarse en Los Cármenes y ser el encargado de fastidiar una noche que los hinchas rojiblancos también esperaban que fuera inolvidable. Sólo consiguió las dos primeras cosas, que no es poco. Y es que, además de su sobria actuación atrás, el internacional islandés dejó destellos de calidad en ataque.

Sin ir más lejos, de sus botas salió un preciso centro al corazón del área que Schwab prolongó hacia el lado contrario de Rui Silva, pero el poste tomó la palabra y evitó que ese envío envenenado se convirtiese en el 0-1. Ya en la reanudación, Ingason siguió acumulando kilómetros y, en una jugada en la que la defensa rojiblanca estaba demasiado estática, encontró una autovía por la que entrar al área local y una vez allí disparó con mucho peligro al arco granadino, pero el esférico pegó en el lateral de la red. En los instantes finales también provocó la tarjeta amarilla de Vallejo, que lo derribó cuando se disponía a volver a entrar al área local con mucha decisión.

Quizá esas fueron las cualidades que intuyó en su día el director deportivo que lo fichó para el Granada –Javier Torralbo 'Piru'–, pero lo cierto es que aquella temporada 16/17 fue demasiado difícil para crecer en el equipo nazarí y, en general, demasiado difícil para todo el granadinismo.