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Fran Rodríguez
Granada
Miércoles, 21 de abril 2021, 00:41
Álex Pozo volverá a ser rival en Los Cármenes. El 'Giraldillo', uno de los héroes del último ascenso del Granada a Primera y por tanto del germen de esa aventura europea, regresa al recinto zaidinero muy cambiado, asentado como lateral derecho de uno de los equipos que más dolor de cabeza ha dado a los rojiblancos, el Eibar, y como capitán de 'La Rojita'.
El joven carrilero, que en Granada comenzó como extremo y mediapunta, aunque ocupó un rol más defensivo con el paso de las jornadas, está curtiéndose de la mano de Mendilibar, sufriendo un mal año de los armeros y tratando de revertir el que sería su tercer descenso en cuatro cursos. Y es que de la trayectoria reciente del sevillano apenas se salva en lo grupal su gran año como jugador del Granada.
Llegó de la mano de Diego Martínez y con el cartel de ser una de las grandes joyas de la cantera del Sevilla, perseguido por equipos como el Barça, el Madrid o el Manchester City. Un extremo encarador y descarado que nada más llegar al conjunto rojiblanco ilusionó a los más jóvenes y se metió a la parroquia en el bolsillo con dos escuadrazos, uno en Extremadura y otro en casa ante el Mallorca.
Se mostró muy identificado con los valores del 'pasito a pasito', enamorándose de la ciudad y del club, aunque sabiendo que su objetivo en Los Cármenes no era otro que tirar las puertas del Sánchez Pizjuán. Aunque perdió algo de protagonismo en los meses invernales, Pozo siguió rindiendo a un nivel alto como revulsivo y en ese rol de carrilero diestro. Dos imágenes de aquella etapa quedan para siempre:s u beso al escudo en el gol ante el Almería y su papel providencial desde el banquillo ese lunes en Albacete.
Volvió al Sevilla con 31 partidos, cuatro goles y una asistencia en su cesión al Granada. La dirección deportiva nazarí nunca perdió la esperanza de mantenerle en el grupo con otra cesión, dándole los minutos que en Sevilla tenía caros. Esa misma pretemporada fue titular, como rival, en el trofeo Los Cármenes. Su única visita hasta la fecha, con victoria del Granada (2-1). Dos semanas después, en la segunda jornada liguera, no fue convocado y no pudo repetir por el Zaidín.
Cerrado el mercado, se ganó un lugar para Lopetegui y creció en Europa League y algún partido de Liga como suplente de Jesús Navas. Ya entonces se le comenzó a ver, casi de forma exclusiva, como lateral. Con el de Los Palacios rejuvenecido, a Pozo no le quedó otra que salir en invierno, recalando en un Mallorca que tenía la salvación complicada pero no imposible. Como bermellón fue un fijo absoluto para Vicente Moreno, jugando los 19 partidos de la segunda vuelta. Hizo un gol y dio dos asistencias.
Pero le tocó vivir la cara amarga del fútbol, precisamente ante sus excompañeros. El Granada de Diego Martínez apuró sus opciones europeas mandando a Segunda al Mallorca, matemáticamente, en Son Moix. Quizá él también hubiese disfrutado de Old Trafford o el pase en Nápoles, pero este verano tampoco se pudo dar su regreso a la disciplina rojiblanca. Recaló en su lugar en el Eibar, donde está reforzando su crecimiento defensivo y sigue contando en los planes de Luis de la Fuente para la Euro sub-21 y quizá los Juegos Olímpicos.
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