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Incendio en el teatro Isabel la Católica el 10 de febrero de 1936
Un teatro en llamas

Un teatro en llamas

En los preliminares de la Guerra Civil se destruyó un teatro que rivalizaba en programación con el municipal Teatro Cervantes. Celebramos el comienzo de la temporada teatral con un recuerdo para el antiguo Teatro Isabel la Católica

Amanda Martínez

Sábado, 17 de septiembre 2016, 01:17

Cuando los espectadores abandonaron la noche del 9 de marzo de 1936 el Teatro Isabel la Católica, no imaginaban que habían asistido a su última representación. Aquel lunes, por el precio de tres pesetas la butaca, en las tablas de la plaza de los Campos, la Compañía de Zarzuelas Artistas Unidos representó en dos sesiones, una a las seis de tarde y otra a las diez, La del Manojo de Rosas, La Revoltosa y La Verbena de la Paloma, clásicos sainetes líricos de los preferidos por el público que frecuentaba este teatro.

La huerta de Almanxarra menor

El Gran Coliseo se construyó sobre los terrenos de la huerta de la Almanxarra, propiedad de la reina Dar al Horra y que los Reyes Católicos regalaron a los dominicos. La herencia comenzaba en la qubba, estancia que la orden llamó Cuarto. A continuación se extendían unos jardines, el imponente convento, del que hoy solo queda el Colegio Mayor Santa Cruz y, por último, la Iglesia de Santo Domingo. Gloria Fernández, en su libro El Realejo, la Babel granadina, cuenta que «un caparazón de grandes laureles flanqueaba el paso hacia el torreón en el s XVI. Plantados a cada lado de un camino, la bóveda de espeso follaje que formaban sus ramas deparaban un paseo delicioso y fresco, incluso en los calurosos días de verano». Una imagen bucólica que desapareció con la desamortización. El convento alojó durante un tiempo el Museo de Bellas Artes y, los terrenos continuos, se pusieron a la venta. Los adquirió en 1859 Emilio Pérez del Pulgar por 300.000 reales y allí construyó su casa y, más tarde su teatro.

Un teatro 'real'

Habladurías apócrifas cuentan que el noble edificó el nuevo escenario como represalia por haberle sido negado un palco en el teatro Principal. «Pérez del Pulgar era monárquico a rabiar cuenta el crítico de IDEALy escritor Andrés Molinari y, el 14 de julio de 1863, solicitó a la reina Isabel II que lo autorizase a colocar las armas reales sobre la portada y nombrarlo como Gran Teatro Isabel la Católica, un guiño a ambas reinas de España».

Expuso en su petición que la ciudad solo contaba con un teatro y que «sería necesario otro para que los menos favorecidos pudiesen acceder a las representaciones lírico-dramáticas, ya que pretendía poner los precios de las entradas muy baratas» y añadió además que su pretensión era «moralizar» al pueblo cuando la monarquía no pasaba por su mejor momento.

La apertura solemne tuvo lugar el 4 de octubre de aquel año, onomástica del rey consorte Francisco de Asís, «lo que no dejaba dudas sobre la afiliación política del propietario», apunta Molinari. En la noche inaugural se estrenó La Payesa y se leyeron unos poemas.

De vocación popular, no tardó en convertirse en «el teatro más rumboso de Granada y cita de lo más granado y elegante de la sociedad granadina». Con capacidad para unas 1.200 personas, su decoración no escatimaba en lujo. Del telón de fondo se encargó José Contreras y los frescos que decoraban el techo del recinto fueron obra del granadino Eduardo García Guerra, uno de los mejores pintores del S.XIX.

Como no se abría en la ciudad un teatro desde tiempos de Napoleón, su inauguración fue todo un acontecimiento social. Su propiedad pasó a los herederos de Don Emilio y fue adaptándose a los tiempos modernos con luz eléctrica y mecánica escénica sofisticada.

También tuvo altibajos a lo largo de su historia, pero las principales compañías nacionales estrenaron o pasaron por sus tablas. La Barraca de Lorca representó La vida es sueño de Calderón en octubre del 32, pero también los espectadores del Isabel la Católica aplaudieron en su escenario a Albéniz, Tárrega o María Guerero.

Los sucesos del 10 de marzo de 1936

El antiguo teatro también sirvió de escenario para la realización de mítines políticos durante la República. Uno de ellos tuvo lugar el domingo día 9 de febrero de 1936 y lo protagonizó José María Gil Robles. El líder de la CEDA pronunció un discurso en el cine Monumental de Madrid emitido por teléfono a 26 ciudades. En el coliseo granadino se colocó un dibujo del Jefe de «tamaño colosal, con una mano extendida» y, cuando comenzó su alocución, el público puesto en pie «prorrumpió en aplausos y vivas a Gil Robles y a España».

El 20 de febrero concluyó el escrutinio de las elecciones. La derecha había obtenido los diez escaños reservados a la mayoría en tanto que el Frente Popular únicamente había conseguido tres y los diputados de la izquierda, alegando que los resultados no respondían a los deseos de los electores, anunciaron su intención de solicitar la anulación de los comicios.

El 8 de marzo se celebró un mitin en el campo de fútbol de Los Cármenes, seguido de una manifestación. Al día siguiente hubo enfrentamientos entre falangistas y miembros del Frente Popular y, al anochecer, un pistolero abrió fuego contra una concentración de trabajadores en los alrededores de la Fuente de las Batallas. Los disparos se habían efectuado desde el palacete de la Acera del Darro donde vivía el Conde de Guadiana, propietario del Isabel la Católica. La mañana del día 10 un grupo de radicales entró en las instalaciones de Ideal, en la calle San Jerónimo, destruyendo el taller y la rotativa. La destrucción llegó, entre otros lugares, a la Iglesia del Salvador, la fábrica de chocolates San Antonio, propiedad un dirigente de Acción Popular, los Cafés Colón y Royal, la Sociedad de Tenis y el viejo teatro Isabel la Católica.

Dieciséis años después (1952), incluido en la reforma de la Manigua y en el solar que ocupó el Casino y el cine Palermo, se inauguró el teatro que hoy conocemos.

Para saber más

'Dos teatros con el nombre de una reina' Andrés Molinari. Ideal 4 de diciembre de 2004

'El teatro lírico en Granada en el s XIX' Oliver García, José Antonio. Tesis doctoral Universidad de Granada

'Rojo y azul en Granada'. Ángel Gollonet Megías y José Morales López. Granada, librería Prieto, 1937

'Escenas y escenarios junto al Darro' Historia del Teatro en Granada. Andrés Molinari. Ayuntamiento de Granada y Caja General de Ahorros, Granada 1998

Mapa de la Memoria Histórica de Granada

'El Realejo, la babel Granadina'. Gloria Fernández. Caja General de Ahorros, Granada 2002

La alacena de las ideas: El teatro del pueblo. Blog de David R. Jiménez Muriel

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