antonio mora
Lunes, 10 de abril 2017, 18:50
«Esto ha sido como el despertar de un sueño» exclama un viejo militante entre el hervidero de gente en que se ha convertido la sede de la calle Mesones granadina, penúltimo portal a la izquierda en dirección a la plaza de la Trinidad. El ambiente está muy cargado, sobre todo de humo de cigarrillos, pocos de rubio americano, y de intensa emoción. Pero también de algarabía, vasos de plástico con alcohol, transistores, banderas rojas con la hoz y el martillo, periodistas, muchos de ellos también parecen rojos de toda la vida, a ellos los dirigentes comunistas también les dan apretujones sin cuento y saludos de camaradería. Ni que decir tiene que de los primeros en llegar es el corresponsal de El País, Eduardo Castro, o quizá ya estaba allí para recibir. Hasta la sede, portal numerado con el 57, «es el mismo de entonces», indican Portillo, Cruz, Terriente, Cid y Guardia, también ha acudido Antonio Ramos por IDEAL. A diferencia de éste, que tiene en el alhameño a un consumado maestro de la transición y el reporterismo, el también diario Patria ha enviado a dos bisoños, a quien esto escribe y a Francis Romacho. A Mora su director le espeta un «ya lo habéis conseguido, los rojos han sido legalizados, estaréis contentos; hala, vete para allá que han convocado una rueda de prensa». Para el segundo era su bautizo político, lo suyo era escribir de deportes a las órdenes de Codina y Nono Hidalgo y un estar ácrata como denotan los vaqueros deshilachados y sus amplios rizos.
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Y allí Ballesteros, Pretel y Portillo, los tres encabezarán la lista al Congreso en el próximo 15-J, irán desgranando su alegría y los datos acumulados de tantos años de lucha, persecución, cárcel, exilio, clandestinidad...y alegría, inmensa alegría, alegría a raudales que se desparrama, escaleras abajo y toma las calles y plazas de Granada, y las de los pueblos de Granada, y algunos bares, y librerías, y casas particulares, y hasta algunos despachos y sacristías parroquiales, que no son otra cosa que sedes y tapaderas de lugares de reunión donde se imparten estrategias y consignas de acción comunista. Mesones 57 es la ubicación de GESESA (Gabinete de Estudios Socio Económicos de Granada, S.A.), una sociedad a nivel nacional que iba montando Tamames con filiales provinciales, inscrita aquí por Portillo.
Claveles rojos de Motril
El PCE tenía en Granada más de 2.000 afiliados que, al conocer la noticia de su legalización, encargaron tres mil claveles rojos a Motril para celebrar la fiesta de su salida a la luz. Cuenta ahora Portillo que hubo gente que al leerlo en el periódico no se lo creía, iban expresamente a Granada desde los pueblos para comprobarlo en la sede. «Imagínate lo que sentí... son cosas indescriptibles, el entusiasmo de la gente...cosas que parecen inalcanzables, y el tesón y la lucha, no sólo de los comunistas,...». «Yo quiero decir una cosa», interrumpe Cid asomada la emoción al semblante, «yo diría qué podría sentir un hombre que a los cinco y seis meses después de detenerlo, cuando se duchaba aún se le reconocían los verdugones en la espalda», en su particular homenaje al camarada Portillo. «Yo creo que a cualquier trabajador es como si le hubiera tocado la lotería...aquella noche recorrí muchos pueblos de la provincia, salí matao de los abrazos y achuchones que nos daban los camaradas con sus muestras de alegría...», explicita Pepe Cid, que pronto será el secretario general de la Unión Provincial de CC OO, como si ya no fuera de facto el mandamás de los cocos granadinos. Ahora está retirado en Maracena. Sigue siendo, confiesa, comunista, aunque huérfano de organización política. Continúa afiliado a su querido sindicato al que ha contribuido a engrandecer con largueza y generosidad.
El secretario provincial es Francisco Portillo, Pretel y Ballesteros son miembros de los comités central y provincial. Pertenecen al secretariado político, con Paco, José Guardia Rodríguez, Antonio Cruz, Javier Terriente, a los que se une como miembro nato el representante del sindicato comunista Pepe Cid de la Rosa. A los cinco los ha reunido IDEAL 25 años después, y en el mismo lugar, y así lo constata el gráfico Molero. José María era entonces un jovenzuelo sin cámara profesional pero no es ajeno al simbolismo y a la memoria histórica que propicia la ceremonia fotográfica. Carlos Galán, Carlillos, es el nombre de guerra de Pepe Guardia, trabaja ahora poniendo discos musicales en Radio Cubillas, emisora municipal de Pinos Puente.
La ruleta de la vida no ha rodado aún bien para él, acumula contratos laborales sucesivos de seis meses. A Portillo tampoco; ha rebasado los setenta, pero continúa aparcando coches en el palacio de Congresos, donde alguien que no debe saber su aportación a la democracia parece haberla tomado con él. Ambos necesitan seguir trabajando unos años para hacerse acreedores de una pensión. ¡Ay, si la lucha por la democracia y la libertad cotizara para la seguridad social!. Terriente ha tenido más suerte, es funcionario de la Diputación, licenciado en Historia, y continúa en la brecha, le gusta escribir y coordina un grupo de debate y opinión.
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Pepe Guardia, 'Carlillos'
Guardia, Carlillos, no ha abandonado su pasión por el flamenco y otras manifestaciones folclóricas y musicales andaluzas. Se empeñó en conseguir la licenciatura en Derecho, que obtuvo cuando su vida ya había cruzado el rubicón de los cuarenta. Presenta espectáculos, escribe (Recuerdos, vivencias y quejíos; Seguiremos avanzando, El flamenco en Granada a través de sus voces...) e imparte ponencias en congresos de arte flamenco; abandonó la política tras su paso por la Diputación, donde creó la Escuela de Tauromaquia, las corridas de la beneficencia y los certámenes flamencos, hasta que llegó el infausto Olea con la piqueta para acabar con los toros, el flamenco y lo que hiciera falta; productor musical, fundador de la peña flamenca Media Luna, en fin, un rabo de lagartija como quien dice. «En aquel tiempo creí que ya se iba a solucionar el blanco y negro, toda la parte oscura de mi vida, fue para mí la culminación de los esfuerzos, me sentí muy ilusionado, hasta que la actividad política en democracia ha ido degradando mis convicciones en la política, hasta el punto de que ahora soy una especie de desilusionado, aunque sigo manteniendo incólumenes mis ideología, sentimientos y manera de pensar».
Esperanza e inquietud
Antonio Cruz describe el ambiente político de Granada en el primer trimestre de este año 77 como «impregnado de una gran esperanza, mucha actividad política y una inquietud contenida en relación a las decisiones que se iban tomando en Madrid. Todos éramos conscientes de que el advenimiento de la democracia estaba próximo, a pesar de los intentos involucionistas de la ultraderecha. Esa proximidad de conseguir un objetivo tan anhelado, daba ánimos extraordinarios a los militantes de los partidos y asociaciones antifranquistas que, independientemente de sus ideologías, coincidíamos en la prioridad de conquistar las libertades y acabar con el régimen». Esta pasión por la política dista mucho de decaer para Cruz, hoy concejal en el consistorio granadino tras dilatada trayectoria en IU.
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En el comité provincial estaban Rafael Pedrajas, José Chacón Montero, Cándido Capilla, Emilio Cervilla, Francisco Ruiz Dávila, Felipe Santana, de Motril, Jesús García, María José Robles, Luis López, José Robles, José López Avila ¡ahí es nada,el Abuelito Manuel Sánchez, Julia Cabrera, José Cañada El Pajarillo, de Cúllar Baza, Francisco José Navarro Paco Pepe-, de Juventudes Comunistas, Enrique Cabrera, Fernando Villena, de Maracena, Manuel López, de Iznalloz, Enrique Romero, de Motril, Francisco Álvarez, de Moraleda -Frasquito-, Antonio Reyes, de Maracena, Antonio Jiménez Lorite El Negrillo, de Atarfe, y Mariano Zamora. Este comité, según narraba la mañana de resaca del domingo día 10 este periódico por boca de Antonio Ramos, está formado por 13 obreros, 4 licenciados, 1 ingeniero,1 administrativo, 1 enfermera, 1 librero, 1 geólogo, 1 estudiante, 1 campesino y 1 maestro. Tiene una media de edad de 32 años. Las matemáticas no fallan, sumen a ella ahora otros 25.
El partido tenía en la provincia 65 comités locales y presencia en otros tantos. Maracena, Atarfe, Motril, Cúllar Baza y Pinos Puente son los que más militancia aportan. La mayoría de los comunistas granadinos son trabajadores del campo y de las zonas urbanas; entre ambos suman el 80% del total. Tiene varios centenares de estudiantes y profesores universitarios y sobrepasa el centenar de profesionales, en su mayoría enseñantes.
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La lucha del 'Maquis'
Los comunistas granadinos se reorganizan como partido en esta provincia a partir de 1940, sufriendo la primera caída de militantes en 1942 con detenciones en la zona de Pinos Puente. A partir de ahí adopta la política de guerrilla, el Maquis, que está presente con la cuarta agrupación guerrillera destacando en sus filas Ricardo Beneito, fusilado a finales de los cincuenta. Sus compañeros de cárcel lo recordaron muchos años; hay quien asegura que aún permanecen en sus muros algunas de las numerosas pintadas en su honor. La siguiente caída se producirá en 1948, siendo los detenidos en su mayoría de la zona de El Salar, El Turro y la Costa. En 1953 el partido está presente en la huelga de los tranvías. En 1958 inicia la política de reconciliación nacional; en 1960 se produce una persecución masiva. Según Pepe Cid son detenidos y llevados a comisaría, y de ahí a la cárcel, unos salen al mes y otros sufren un consejo de guerra. Son entre unos y otros más de setecientos, de los que unos doscientos quedan encarcelados. En este tiempo es responsable de la organización Juan Martínez Baena, tranviario.
La reorganización
En 1963 se reorganiza el partido al frente ya de Paco Portillo. «Yo voy a Francia», recuerda, «en el 59, tomo contacto con el partido allí en el año 60, vengo a Granada en vacaciones del 61 y me viene a ver Féliz Cardador, responsable en Andalucía. Vengo de vacaciones y comienzo los contactos con los camaradas Pepe López el Abuelito, Pepe Martín y Pepe López El Meína, los tres de Maracena.Vemos la situación, el partido estaba desarbolado, nos plateamos organizarlo, nos constituimos en el núcleo del comité provincial. Se nos une Francisco Tobaria Romero, vendedor de lotería de mi pueblo, Moraleda, y un inspector de seguros, del que no recuerdo los apellidos, llamado Emilio». Portillo veía la situación francamente fea, «donde los trabajadores no podíamos hacer nada, la entrada de los americanos en España la veíamos como un claro respaldo al régimen franquista. Recuerdo como de las primeras cosas que hicimos fue confeccionar octavillas a multicopista y pintadas con frases como «bases no, yankis fuera». A pesar de todo seguían luchando. «Hubo tanta represión precisamente por la enorme resistencia que ofrecíamos». Añade que el PCE y la guerrilla se reorganizan mutua y simultáneamente en muchos pueblos, «quiero destacar a El Salar, donde una quinta entera de mozos se va a la sierra».
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Cid añade que si la situación en España era difícil, «peor que mala, en Granada había muchas más dificultades para los trabajadores por la situación económica, social y política, en Granada, una provincia netamente campesina, con muchos caciques en los pueblos, cuando los trabajadores reivindicaban algo, el boicot hasta les obligaba a irse del pueblo. Esto no se daba en grandes urbes por la fuerza que tenían los trabajadores, porque podían organizarse mejor».
La Granada de 1977
Abril de 1977 comienza con pésimos augurios para el campo granadino. Este periódico publicaba en primera página en su primer día: «Desastre agrario por el frío en Andalucía Oriental», que ha causado casi la perdida total de los cultivos. Nos gobiernan, entre otros, el jefe provincial de Sanidad, el malogrado pocos años después Tomás Sánchez Mariscal; José María Fernández es gobernador civil; preside el ayuntamiento Morales Souvirón y rige la archidiócesis Benavent Escuín. El gobernador militar es el general Lluch Corominas. José Luis Pérez Serrabona ocupa el despacho principal de Bibataubín y monseñor Noguer el de la diócesis Guadix-Baza. Antes, en febrero, el Grapo había asesinado a un inspector del cuerpo general de policía en Barcelona, el granadino Antonio López Salcedo. 'Las Arrecogías' de Martín Recuerda es llevada a Madrid y, mucho antes, 1973, Eleuterio Sánchez, 'El Lute', se había casado con una compañera de sangre, gitana, de Domingo Pérez.
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El Príncipe, en Granada
Las obras del Auditorio Manuel de Falla van a buen ritmo, el entonces Príncipe de Asturias, pasa unas jornadas en Sierra Nevada, aparece el coche robado del periodista Esteban de las Heras, el Rey recibe en la Zarzuela la primera medalla de Loja. Son días en los que se suceden huelgas, ora de médicos del Clínico, ora de 'penenes' universitarios. El primer viernes de mes se reúne el Consejo de Ministros, que va a estudiar la legalización de los partidos marxistas, legalizando al Partido Socialista Andaluz (PSA). García Rúa interviene en el Club Larra y afirma que la CNT no ha muerto.
El Movimiento está siendo desmantelado por el animoso presidente Suárez. El ayuntamiento de Almuñécar aprueba el uso de la bandera de Andalucía, en el cine Gran Vía se proyecta 'Los placeres ocultos', con una espléndida Charo López... no hay rincón de la actividad humana que deje títere del pasado con cabeza.
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AP se presenta como la unión, la garantía, la claridad, la seguridad y «España es lo único importante» . Y ya estamos en la semana más religiosa y celebrada del PCE, la Santa: el martes el ministro de Información y Turismo, Reguera Guajardo, inaugura una emisora de UHF en Parapanda. El Granada Club de Fútbol, que juega en segunda división, vence en Castalia (0-1), con nombres que también registra nuestra pequeña historia: Izcoa, Gerardo, Grande, Edison, Falito, Parits, Benitez, Antonio, Lorenzo, Infrans y Dueñas.
Atardece el Sábado Santo, 9 de abril. En cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo el PCE es legalizado. Esta operación de 'ingeniería suarista' se completa el Domingo de Resurrección con la retirada el emblema de Falange del edificio madrileño que había cobijado la Secretaria del Movimiento. Alguien aún no se ha enterado de esta histórica decisión gubernamental, porque este domingo la Guardia Civil impide una reunión del partido en el campo de fútbol de Maracena en la que iban intervenir, Jaime Ballesteros, Damián Pretel, uno de los niños de Rusia, y Francisco Portillo, si bien la propia organización suspende otro previsto en el Zaidín. A las seis de la tarde se habían congregado en el santuario comunista maracenero por excelencia más de seis mil personas. Entretanto, la Federación de Excombatientes de Granada, que preside José Muñoz Cobo, a lo suyo, hace un llamamiento a cuantos se sienten unidos con lo ideales del 18 de julio.
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