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La Torre Eiffel en proceso de construccion.
¿La Torre Eiffel pudo ser catalana?

¿La Torre Eiffel pudo ser catalana?

Según la leyenda urbana, Gustav Eiffel, el ingeniero del monumento que lleva su apellido, quiso que fuera en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 cuando se presentara en sociedad, pero los organizadores de la feria la habrían rechazado porque desentonaba con la estética de la capital catalana

Carlos Balboa

Martes, 31 de marzo 2015, 14:14

Hoy es una jornada grande para uno de los monumentos más famosos del mundo, sino el que más. El 31 de marzo de 1889, la Torre Eiffel se convertía en una realidad majestuosa. Ese día acaba la construcción del que estaba llamado a ser el símbolo parisino del futuro. 126 años después, Google ha recordado con este doodle aquella fecha. Gracias a este aniversario podemos echar la vista atrás y recordar un hipotético episodio de la torre que seguramente algunos desconocen.

Gustav Eiffel, el ingeniero del monumento que lleva su apellido (diseñado, eso sí, por Maurice Koechlin y Émile Nouguier), habría tenido en mente una ubicación para su joya distinta a la de París, tal y como refleja la leyenda urbana que ha rodeado en ciertas ocasiones a este personaje. No en vano, según esta creencia, quiso que fuera en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 cuando se presentara en sociedad. Sin embargo, supuestamente su intención inicial cayó en saco roto cuando los coordinadores de la feria rechazaron el ofrecimiento. ¿El motivo que habrían alegado? Creyeron que sus 300 metros de hierro suponían un fuerte contratiempo para la estudiada estética de la capital catalana.

Tal y como apuntan varias informaciones construidas en torno a esta leyenda, el supuesto rechazo no habría frenado en seco a Eiffel, que volvió a presentar su torre en la siguiente Exposición Universal, celebrada en París un año después, en el centenario de la Revolución francesa. Construida en dos años, dos meses y cinco días (de 1887 a 1889) por 250 obreros, por fin estaba lista para descubrise ante el mundo. Pero solo por un tiempo.

En este sentido, al terminar la Exposición Universal, la Torre Eiffel habría tenido los días contados. En cambio, y pese al descenso de visitantes, la nueva joya parisina se mantuvo en pie como el edificio más alto del mundo. Desde entonces, la ciudad de la luz acoge en el extremo del Campo de Marte, a la orilla del río Sena, su emblema más representativo, que recibe a más de siete millones de turistas cada año. ¿Habría tenido el mismo éxito de haberse construido en Barcelona?

La explicación

Nunca sabremos que habría pasado si la Ciudad Condal hubiera sido el escenario sobre el que se edificara la Torre Eiffel, pero lo cierto es que varios expertos afirman que esta posiblidad nunca estuvo cerca de convertirse en realidad. El periodista y ensayista español Lluís Permanyer publicó un artículo en La Vanguardia en 2009 en el que desmentía que el colosal monumento fuera ofrecido a Cataluña.

Bajo el título 'Eiffel jamás ofreció su torre a Barcelona', Permanyer aseguraba que "no es cierto que la Barcelona de la Exposició Universal declinara poner en pie el proyecto revolucionario que supuestamente le brindaba Eiffel". La explicación, a su juicio, es bastante sencilla: "El 30 de marzo de 1885 el ingeniero francés ya había presentado la propuesta de su célebre torre a la Sociedad de Ingenieros Civiles de Francia". En este punto, se pregunta el periodista: "¿Cómo podía Eiffel haber tentado a Barcelona si hasta el 18 de junio de 1885 el Ayuntamiento aún no había firmado un acuerdo con Eugenio R. Serrano Casanova, promotor de la Exposició Universal?".

La realidad, por tanto, es que en 1884, los verdaderos padres della Torre, Maurice Koechlin y Émile Nouguier, jefe de la oficina de proyectos y jefe de la oficina de métodos de la empresa Eiffel, ya habían estudiado el proyecto de un edifcio de 300 metros que pudiera ser el eje vertebral de la Exposición parisina de 1889.

Sin ir más lejos, Gustave Eiffel rápidamente se muestró entusiasta con el proyecto y el 18 de septiembre de ese mismo año, en su nombre y los de Koechlin y Nouguier, presentó una patente para «una nueva disposición que permita la construcción de pilas y torres de metal con una altura superior a 300 metros». Más tarde el ingeniero le compró los derechos a Koechlin y Nouguier para obtener la exclusividad sobre la futura torre. Tras varias negociaciones con Édouard Lockroy, el Ministro de Industria y Comercio de entonces, se convoca un concurso que tenga por objeto "explorar la posibilidad de elevar en el Campo de Marte una torre de hierro con una base de 125 m² y una altura de 300 metros". Finalmente Eiffel se impone entre los 107 proyectos presentados. La Torre estaba en marcha.

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