
IDEAL SOCIEDAD
Miércoles, 26 de agosto 2015, 11:25
Es época de ello, así que hay que extremar las precauciones. Roland Wessling cuenta con tristeza cómo su novia falleció por una barbacoa. Hazel Woodhams, de 30 años, se encontraba junto a su pareja sentimental en un camping y procedieron a dormir dentro de la tienda de campaña. Cuando él se despertó, vio que su novia estaba muerta. Intentó pedir ayuda pero estaban alojados en una zona desértica. No pudo hacer nada.
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La muerte de Hazel Woodhams se debió al monóxido de carbono que desprende una barbacoa, aún cuando está apagada.
Se trata de un gas incoloro e inodoro que brota de las brasas aún cuando ya no están en uso. Es la llamada muerte dulce.
Cuando se marcharon a dormir, las brasas de carbón vegetal de la barbacoa hacía tiempo que se habían extinguido.
Cocinaron lejos de la tienda y en un lugar ventilado, pero como precaución ante posibles robos, antes de acostarse la pusieron en las proximidades de la tienda de campaña.
El monóxido de carbono hace que la sangre deje de transportar oxígeno. Sus síntomas son mareos y finalmente un desvanecimiento que prácticamente es fatal. La barbacoa estaba fría y no emitía humo, relata apesadumbrado el hombre que tuvo una barbacoa fatal con su novia.
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